Cuando los Stones volvieron
A mediados de los años 80 The Rolling Stones se encontraban en una época crítica. La publicación de Dirty Work en 1986, un disco en el que la grabación fue especialmente difícil, donde Jagger y Richards llegaron a grabar por separado pues no soportaban estar juntos en la misma habitación, fue una decepción artística; hubo rumores de una gira que apoyara el disco pero Jagger desmintió inmediatamente esa posibilidad para concentrarse en su carrera en solitario.
Fue el periodo en el que Mick Jagger sacó su segundo disco en solitario, Primitive Cool (1987), al que seguiría el debut discográfico de Keith Richards con Talk is Cheap (1988). Primitive Cool no alcanzó el éxito comercial de She’s the Boss (el primer disco de Jaggers) y Talk is Cheap, que tuvo una buena acogida crítica y comercialmente fue un éxito mayor que el trabajo de Jagger.
Sin embargo, en un renacimiento al que tanto acostumbran, y tras la sucesión de noticias y rumores sobre peleas y separaciones, se anunció que en febrero de 1989 los cinco componentes del grupo se reunían en Barbados para la grabación de su siguiente álbum, el decimonoveno de su carrera.
Casi de inmediato el grupo contaba con una docena de canciones que podían formar parte del álbum en un conjunto de cerca de 40 temas que iban desde riffs a melodías medianamente hilvanadas. Y para los nuevos temas se obvió la línea seguida en Undercover y Dirty Work para fijarse en su primer disco de los 80, el magnífico Tattoo You (1981) mucho más apegado a sus raíces rockeras.
Con este material compuesto y ensayado en Barbados, el grupo aterrizó en marzo de 1989 en los Air Studios, propiedad de George Martin, para dar forma definitiva a los temas. En cinco semanas, trabajando duro, completaron el setlist bajo la coproducción de Chris Kimsey.
El disco comienza con Sad, sad, sad, un rock and roll introducido por la guitarra de Keith Richards y donde su letra parece indicar el carácter sanador de lo que viene a continuación “Now you’re sad sad sad / But you’re gonna be fine” (Ahora estás triste / Pero tú vas a estar bien). Con Mixed emotions, el primer single que se lanzó del disco, confirma la vuelta de los mejores Rolling, con el redoble introductoria de Charlie Watts y la guitarra inconfundible de Richards, la voz de Jagger desgrana unos versos que abogan por la reconciliación a pesar de las diferencias y en los que no es difícil ver la alusión a la situación de Jagger/Richard. (“Let’s bury the hatchet, Wipe out the past”/“Enterremos el hacha, Borremos el pasado”).
Terrifying es brillante ejercicio con el protagonismo de la guitarra y la voz sugerente de Jagger en un tema que va acelerándose para terminar con una parte instrumental en el que suena la trompeta de Roddy Lorimer. El ritmo se incrementa con el rock pesado de Hold On to Your Hat con los riffs de Richards y la guitarra de éste –junto con la batería de Wats– vertebra Hearts for sale.
Con Blinded by love llega la primera balada con la guitarra acústica, la mandolina y la voz de Jagger que nos devuelve al country suave que emociona cuando el violín entra en escena a mitad canción.
La segunda cara del disco se abría con Rock and a Hard Place –aunque Steel Wheels fue el primer disco en formato digital de los Stones– , otro tema stoniano de ritmo contagioso apoyado en la guitarra de Richards y en los metales de Kick Horns. Tras esta andanada llega Almost hear you sight, la balada del disco, con un conmovedor solo de guitarra clásica y una letra sobre el fin de una relación y el recuerdo que deja esa pérdida –en la letra ayudó el hermano de Mick, Chris Jagger, y en los créditos aparece como “asesor literario” –.
La voz solista de Keith Richards suena en Can’t Be Seen, un tema muy rítmico sostenido por la batería de Charlie Wats y la guitarra siempre protagonista de Richards. El segundo tema en el que pone voz Richards es Slipping Away, para cerrar el disco, una conmovedora balada en el que la nostalgia por un amor perdido contagia la voz del guitarrista.
El disco incluía el tema Continental Drift, de resonancia árabe, y que certificaba la mirada The Rolling Stones al pasado al grabar la canción con The Master Musicians of Jajouka. El conocido grupo marroquí alcanzó renombre a finales de los años 50 y fue precisamente Brian Jones el primer músico occidental que grabó con ellos en 1968. Con una letra sencilla que pretende trascender como los mensajes de los 60 sobre el amor (“Love comes at the speed of light, Open the door and let the light pour over”/”El amor llega a la velocidad de la luz, Abre la puerta y deja que la luz ilumine todo”), la música se repite como un mantra obsesivo poniendo de relieve la percusión y los instrumentos de viento.
Con Steel Wheels el grupo británico cerraba una década de zozobra retomando el tono compositivo. El disco fue publicado el 29 de agosto de 1989 y alcanzó el número 2 en las listas del Reino Unido y el número 3 en las de EE.UU. Con Steel Wheels, además, comenzó un periodo fértil para The Rolling Stones que tendría su continuidad con Voodoo Lounge (1993) y Bridges to Babylon (1997).
Dos días después de la publicación del disco, el 31 de agosto, comenzaba la gira Steel Wheels que llevaría a The Rolling Stones por todo el mundo –por primera vez en Japón– y que en 1990, para su traslado a Europa recibiría el nombre de Urban Jungle. En 2020 se publicó una edición especial, Steel Wheels Live, en diferentes formatos en los que se puede apreciar el magnífico estado de forma de la banda en aquellos años; el setlist incluía muchas canciones de su reciente disco como Mixed Emotions, Sad, Sad, Sad, Terrifying, Rock and a Hard Place o Can’t Been Seen.
Escribe Luis Tormo
The Rolling Stones
Mick Jagger – voz, guitarras
Keith Richards – voz, guitarras
Ronnie Wood – guitarras
Bill Wyman – bajo
Charlie Watts – batería