C. Tangana concierto gira ‘Sin cantar ni afinar’ en Valencia

That’s Entertainment!

La última vez que vi a C. Tangana en concierto fue en el Arenal Sound en agosto de 2017. En aquel momento, a media tarde, y con una buena multitud de sounders frente al escenario secundario, Tangana cantaba sus temas apoyado por un DJ y el autotune. Un escenario desprovisto de cualquier atrezzo. Eran los tiempos de miles de reproducciones en YouTube mientras se formaba un estilo, aunque ya atraía a un puñado de jóvenes que coreaban sus canciones, entre ella el éxito del momento, Mala Mujer. Una canción que ahora ya pertenece al pasado y que no forma parte del setlist actual.

En este 2022, la gira Sin cantar ni afinar nos muestra a un artista transformado. Cinco años que han significado una mutación artística que lo ha convertido en uno de los referentes de ese difuso contenedor que se denomina ‘música urbana’.

Mucho tiene que ver en esa transformación El Madrileño, el disco lanzado en 2021 y que ha catapultado su nombre convirtiéndolo en una estrella popular gracias a un trabajo que incorpora un abanico de nombres, estilos e influencias; un trabajo recibido con excelentes críticas y que se ha visto refrendado por el éxito comercial.

Un disco que venía también acompañado de todo un envoltorio estético a través de los videoclips de cada canción que completaban el relato musical. No era un reto sencillo afrontar la puesta en escena de El Madrileño en una gira que, al incluir el periodo estival, cuenta con grandes recintos –de hecho C. Tangana es uno de los nombres fuertes de los festivales más importantes de España–.

Pero se puede afirmar que el reto está más que superado porque C. Tangana –Antón González o Pucho– ha convertido el espectáculo en un gran musical formado por diferentes escenas que agrupan cada uno de los temas que interpreta.

Foto: Big Sound Festival

Cuando se retira el telón negro que oculta el escenario –con media hora de retraso, como los grandes– los espectadores contemplan un enorme grupo de músicos (cuerda, metal, percusión, guitarras, coros, etc.) instalados en un gigantesco decorado de mesas y sillas que recuerdan las salas de los años 40 y 50.

Pero el escenario se duplica con una gigantesca pantalla formato 16:9 que remite al cinemascope de los años 60 del pasado siglo, con unos colores brillantes, en el que unos títulos anuncian el nombre de la gira. Una representación dual que durante todo el concierto se convertirá –y transformará– lo que está ocurriendo realmente en el escenario.

El eclecticismo musical del disco se traslada al escenario. Una dura Still rapping da paso al bolero Te olvidaste, la bachata de Ateo –uno de los temas más coreados– , los ritmos brasileños de Comerte entera, el comienzo de procesión de Demasiadas mujeres y, en definitiva, toda una mezcla de ecos flamencos y latinos fusionados con la base del sonido urbano que engloban los temas propios con todas las influencias que permiten escuchar desde Alejandro Sanz a Navajita Platea, pasando por New Order.

En ese planteamiento de «permitirse todo aquello que se pueda hacer» C. Tangana reproduce el fragmento de Tiny Desk –los videos de NPR Music– con todos los artistas sentados alrededor de una mesa en el fondo del escenario, pero muy cercanos en la pantalla en el que se aprecian las conversaciones, mientras van cayendo temas como Me maten, Ingobernable, Los tontos, etc.). Una experiencia entre reunión/tablao flamenco y cuadro de la Última Cena en la que Pucho ejerce de demiurgo dirigiendo el oficio musical con sus apóstoles: El niño de Elche, Yeray Cortés o parte de la familia Carmona.

Foto: Big Sound Festival

Esta especie de improvisación y esa sensación de estar en familia es una falsa ensoñación creada por esa gran pantalla porque un espectáculo de esas dimensiones está medido al milímetro para que todas las piezas encajen sin chirriar y el ritmo se mantenga en lo más alto desde el principio.

Lesionado el día anterior antes del concierto –el pie de C. Tangana amoratado se puede seguir en sus Stories– el artista salió acompañado de un bastón con el que se acompañó durante la actuación, aunque no mermó su capacidad de atracción y baile por todo el escenario.

Para el final quedaron Tu me dejaste de querer, la iniciática Antes de morirme o Veneno. Y mientras El niño de Elche interpretaba la italiana Al di la (al di la della vita/Ci sei tu; más allá de la vida, estás tú) y C. Tangana descorchaba la botella de cava aupado por sus acompañantes; en la pantalla aparecía la palabra Fin. Todo muy cinematográfico.

Un espectáculo de los grandes y un concierto difícil de olvidar con el que el Big Sound cierra tres días triunfales, en el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, con un cartel encabezado por Nathy Peluso, Nicky Jam y C. Tangana; y que ha conseguido reunir en esta segunda edición a 65.000 personas.

La tercera edición del Big Sound ya está anunciada para los días 29 y 30 de junio y 1 de julio de 2023. En la web del festival están disponibles los abonos para el próximo año.

Escribe Luis Tormo | Foto portada: Eva Tormo

Foto: Vicente Vidal/Big Sound Festival

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