La cantante Soledad Giménez cerró el pasado 2 de julio la programación del Festival Serenates –que en este año 2022 conmemora su 35ª edición– organizado por la Universitat de València y el Institut Valencià de Cultura con su espectáculo Mujeres de música.
Reconocida por formar parte de Presuntos Implicados, uno de los grupos emblemáticos del pop español, desde el año 2004 Soledad Giménez emprendió una carrera en solitario publicando casi una decena de discos bajo su nombre.
En el año 2019 se embarcó en el proyecto Mujeres de música, un disco con el recuperaba el legado de aquellas mujeres compositoras cuyo reconocimiento quedó oculto por el renombre de sus intérpretes; un trabajo que visibiliza los temas compuestos por mujeres españolas y latinoamericanas que van perdiéndose en el olvido. Son nombres como Chabuca Granda, Eladia Blázquez, Maria Grever o Mari Trini; una reivindicación que alcanza también a la composición actual representada por mujeres como Rosana, Rozalen o Natalia Lafourcade.
En 2021, la cantante publica Mujeres de Música. Vol. 2 que sigue la estela de su predecesor profundizando en las composiciones latinas abriendo colaboraciones con Bely Basarte, Rozalen y su hija, Alba Engel.
Con estos dos últimos discos como material de base, Soledad Giménez se presentó en el Claustro del Centre Cultural La Nau acompañada del pianista Edgar Oliveiro para poner en pie un espectáculo intimista y elegante.
La cantante abrió el concierto con Honrar la vida, la composición de Eladia Blázquez, popularizada por Mercedes Sosa, toda una declaración de principios sobre el valor de la vida en estos tiempos duros, honrar la vida , luchando; tras este tema continuó con La noche, un tema basado en el poema de Gabriela Mistral.
La línea reivindicativa de las compositoras femeninas desconocidas para el público actual comenzó visibilizando la figura de María Grever, niña prodigio que estudió con Debussy, autora de más de 800 canciones, de la que interpretó Te quiero, dijiste, un tema conocido por la versión en castellano de Nat King Cole titulada Muñequita linda, de la que Giménez trajo la versión original con una estrofa que explica mejor la triste historia de una canción en la que hablaba de la muerte de su hija recién nacida.
Interpretes masculinos que debido a su popularidad silenciaban ese trabajo compositivo de sus autores como fue el caso de Isolina Carrillo y Dos gardenias, inmortalizada por Machín, de la que pudimos escuchar una versión muy personal.
De España rescató el valor compositivo de dos mujeres, muy populares en su tiempo, pero que las nuevas generaciones desconocen. Sonó una versión de Amores, la canción que situó a mari Trini como cantautora; y Un ramito de violetas de Cecilia, en una versión con una coda de arreglos latinos en la que se lució Edgar Oliveiro.
Tampoco faltaron composiciones de cantautoras actuales como Rozalen de la que interpretó Vivir, un sentido tema dedicado a las mujeres con cáncer; o Natalia Lafourcade y su tema Hasta la raíz.
El único tema de un autor masculino fue para el poema de Miguel Hernández Tus cartas son un vino a la que Soledad Giménez puso música y que aparece en su último disco. La canción fue dedicada por la cantante a Joan Manuel Serrat –quien también grabó este poema–.
Y por supuesto en ese espacio dedicado a mujeres de música no faltaron algunas de sus canciones más representativas de su etapa de Presuntos Implicados: Mi pequeño tesoro, dedicada a su hija; y Como hemos cambiado, un tema coreado por el publico sobre la ruptura de la amistad, con el que cerró el concierto por todo lo alto.
Para los bises, Soledad Giménez volvió a recurrir a otra composición de María Grever, Alma mía, esta vez acompañada a la guitarra por Oliveiro –en el único momento del concierto en que abandonó el piano– y cerró definitivamente la noche con Alma de blues. Uno de los éxitos que asentó la trayectoria de Presuntos Implicados y en la que Soledad Giménez habló de la terrible vida de Billie Holiday.

El carácter íntimo del concierto, con la sola presencia instrumental del piano, favoreció un clima de cercanía propiciado por la complicidad entre la cantante y el pianista y el continuo discurso explicativo sobre las autoras y los temas. El pianista cubano Oliveiro embelleció las canciones con arreglos latinos –los arreglos de los discos son obra del también pianista cubano Iván ‘Melon’ Lewis– y completó en alguna ocasión la voz de la intérprete haciendo las voces de acompañamiento.
Soledad Giménez continúa teniendo una voz prodigiosa capaz de sostener cualquier canción. En un repertorio basado covers de diferentes autores sí es cierto que unas versiones son más afortunadas que otras. Faltó la tristeza nostálgica de la canción original en la versión de Amores y es difícil evitar la comparación de La flor de la canela con María Dolores Pradera; pero brillaron Fallen –la canción perteneciente a la banda sonora de Pretty Woman y que grabó en directo en el Palau de la Música de Valencia el año 1995– o Hasta la raíz de la mexicana Lafourcade.
Gran concierto de la cantante afincada en Valencia, en un marco –el Claustro de la Universitat de València– que se adapta perfectamente a ese relato de visibilizar el trabajo compositivo de las grandes autoras femeninas.
Escribe Luis Tormo
Soledad Gimenez · Concierto Mujeres de Música
Festival Serenates 2022
Claustro del Centro Cultural La Nau. Universitat de València
2 de julio de 2022
Soledad Giménez, voz
Edgar Oliveiro, piano, guitarra