Daniels contra Holiday
Los Estados Unidos contra Billie Holiday no es un relato sobre la biografía de la emblemática cantante de jazz como lo fue el biopic que protagonizó Diana Ross en el año 1972, El ocaso de una estrella, basado en la autobiografía de Holiday del año 1956 en la que relataba la dureza de crecer como mujer negra en los EE.UU.
El filme de Lee Daniels abarca los últimos años de Billie Holiday centrándose en la persecución que sufrió la cantante por parte del departamento del FBI a través de una investigación dirigida por Harry J. Anslinger sobre el consumo de drogas de Holiday. Anslinger encabezó una actuación contra los músicos negros de jazz y su interés fue más allá del mero cumplimiento de la ley pues encarnaba también el odio racista y la persecución de cualquier tipo de disidencia política en una época de fuerte vigilancia política.
El relato se focaliza en la operación encubierta que bajo la pretensión de acabar con el uso de las drogas perseguía en realidad impedir la difusión del tema Strange Fruit; una canción en la que en apenas tres minutos se denunciaba los linchamientos racistas (De los árboles del sur cuelga una fruta extraña / Sangre en las hojas, y sangre en la raíz / Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña). El poema fue escrito por Abel Meeropol, un profesor judío adscrito al Partido Comunista. Holiday la grabó en 1939 y volcó en ella la doliente experiencia de ser negro en los EE.UU. El tema fue todo un éxito y la cantante comenzó a tener problemas para interpretarla debido al carácter reivindicativo de la pieza. No fue la primera canción denuncia pero sí constituyó uno de los primeros temas comprometidos que llegaba al gran público. Billie Holiday siempre pensó que la grabación y difusión de este tema fue la causa de la persecución que el FBI emprendió contra ella.
Lee Daniels, versado en retratar el dolor y el racismo en filmes como Monter’s ball –aquí ejercía de productor- o Precious, parecería el indicado para abordar esta materia prima en la que, bajo la excusa de perseguir las drogas, se esconde en realidad la persecución política de una figura, Billie Holiday, que podía incitar a la movilización social en unos años donde el racismo campaba con total impunidad.
Así, tras un frío y duro comienzo con los títulos de crédito que se superponen sobre una fotografía de un linchamiento en el que un grupo de blancos permanecen de pie alrededor del cadáver de una persona de color, saltamos a una entrevista que un locutor de radio -un personaje ficticio- le hace a la cantante y que sirve para articular el relato.
Sin embargo, casi desde el inicio, lo que hubiera debido convertirse en un relato sobre la injusticia motivado por una persecución política y discriminatoria contra una persona afroamericana, se pierde entre las piezas de un puzle narrativo que nunca llegan a encajar.
La película divaga entre el filme de denuncia, en el que se hace visible la estrategia del FBI para censurar y perseguir la libertad de expresión; la reconstrucción histórica de la época clásica del jazz con la descripción del ambiente de los clubs, cafés y teatros o la presencia de figuras reconocidas del jazz (Lester Young); diversos elementos adscritos a la fórmula del biopic como la fama de la estrella de la música, su adicción a las drogas o la mala elección de los hombres que la rodean (abusos, engaños, etc.); y por último, la aproximación al género musical recreando la puesta en escena de diferentes números musicales que vertebran el relato, desde su actuación en el Carnegie Hall hasta su deambular por cafés y clubes o sus giras tras las prohibiciones para actuar en grandes teatros.
Esta falta de concreción entre las diferentes líneas propuestas se fundamenta en un guion incapaz de articular una estructura coherente y que impide que los estereotipos se transformen en personajes. La combinación de nombres reales y de ficción que aparecen en la pantalla es en la mayoría de los casos plana. Anslinger, el jefe de los investigadores del FBI, es simplemente un malvado por definición en el que no vemos profundidad en su representación; motivo suficiente para restar credibilidad a la denuncia que se pretende llevar a cabo.
Lo mismo sucede con los personajes principales, aquellos en los que se debería mostrar una mayor evolución. El agente Fletcher, uno de los primeros agentes de color en trabajar en el FBI, que pasa de tender una trampa a la cantante a formar parte de su vida viviendo un sonado romance, carece del recorrido necesario para justificar su cambio; Daniels piensa que es suficiente mostrar a Fletchert inyectándose heroína para que entendamos su arrepentimiento y su conexión con Holiday a través de una escena tan onírica como artificial.
El trazo sobre la propia Billie Holiday todavía es más débil. En el tiempo en que transcurre la acción de la película Holiday sufrió su decadencia física y personal; al realizar un retrato superficial, la interprete termina pareciendo caprichosa -la escena del entierro del perro- dejando al margen toda la terrible vida que ha soportado desde la infancia y que es determinante en su biografía; la adicción a las drogas y al alcohol o la mala elección de los hombres que pululan a su alrededor es consecuencia de todo el dolor que acumula derivado de la pobreza inicial y de la discriminación racial.
Ni siquiera la excelente actuación de la cantante Andra Day, que debuta en este filme en el rol de actriz principal poniendo voz a las canciones de Billie Holiday, y por el que ha ganado un Globo de Oro y una nominación a los Oscars, es capaz de ocultar los problemas que arrastra la película. Todo ello provoca que la tesis del filme se diluya en una recreación escénica cuidada pero vacía de contenido, desperdiciando la oportunidad de reivindicar la figura de Holiday como una pionera en la lucha por los derechos civiles y obviando todo el trasfondo que hubiera debido conformar el retrato de un personaje dolorido.
Escribe Luis Tormo
Título: Los Estados Unidos contra Billie Holiday
Titulo original: The United States vs. Billie Holiday
País y año: EE.UU., 2021
Duración: 130 minutos
Dirección: Lee Daniels
Guion: Suzan-Lori Parks, Lee Daniels
Fotografía: Andrew Dunn
Música: Kris Bowers
Reparto: Andra Day, Trevante Rhodes, Natasha Lyonne, Garrett Hedlund, Rob Morgan, Tone Bell
Productora: Lee Daniels Entertainment, New Slate Ventures, Roth/Kirschenbaum Films
Distribuidora: eOne Films Spain
Artículo publicado originalmente en Encadenados