Vicente Molina Foix es escritor, crítico y director de cine. Nacido en Elche en 1948, estudió Filosofía en Madrid y fue profesor de Literatura Española en la Universidad de Oxford residente de castellano en el Reino Unido en la década de los 70. Formó parte de la prestigiosa antología de Castellet publicada en 1970, Nueve novísimos poetas españoles, para luego continuar su carrera literaria como novelista (Busto, Los padres viudos, El vampiro de la calle Méjico, El abrecartas, El joven sin alma, etc.). Como director cuenta con dos largometrajes: Sagitario (2001) y El dios de madera (2010).
En el año 2019 Molina Foix publicó en la editorial Anagrama, Kubrick en casa, un pequeño libro en cuanto a formato y extensión -apenas 130 páginas que se devoran en un suspiro- pero enorme en contenido al permitirnos acceder a su trabajo con Stanley Kubrick para quien el escritor español tradujo varias de sus películas para las versiones dobladas a nuestro idioma.
El valor de su experiencia con el director de El resplandor reside en el acceso a una figura como la de Kubrick, siempre celoso de su intimidad y muy hermético en cuanto a sus apariciones o entrevistas; el hecho de que Molina Foix visitara su casa y hablara con él respecto a sus últimos trabajos o mantuviera una relación respeto a esta faceta de sus trabajos, nos aporta una información que profundiza en la capacidad del director inglés para controlar cualquier proceso que afectara a sus películas.
En este sentido, preocupado por todos los detalles técnicos de sus producciones, Kubrick encomendaba la dirección de los doblajes de sus películas a directores de prestigio en cada país. Cuando Molina Foix comenzó su trabajo con Kubrick el elegido por el director americano fue Carlos Saura –Kubrick era admirador de Peppermint Frappé y Cría cuervos–. Y Saura se encargaba de elegir a los actores y actrices que realizaban el doblaje como también la persona que debía traducir el texto del inglés original al castellano, tanto para la versión subtitulada como para la versión doblada.
Y aquí es donde se incorpora Vicente Molina Foix, al detectar Geraldine Chaplin –pareja de Saura en esa época– que la traducción de los diálogos de La naranja mecánica para su reestreno en versión doblada contenía muchos errores –la película se había estrenado con anterioridad en versión original–. Por lo tanto el cometido de Molina Foix era realizar dos traducciones, una para los subtítulos que acompañaban la proyección en versión original, y otra, para todo el audio en castellano de la versión doblada. La elección de los actores y actrices para el doblaje era responsabilidad de Saura.
La dificultad estribaba en la adaptación al castellano del nasdat, el lenguaje inventado por el escritor Anthony Burgess que hablaban los jóvenes delincuentes, y que necesitaba de una adaptación entendible al castellano. En esta primera experiencia el escritor narra su experiencia londinense y todo el ambiente que se vivió alrededor de La naranja mecánica. No sería su único reto con el lenguaje pues en La chaqueta metálica tendría que enfrentarse a la peculiar jerga militar teniendo que hacer comprensible tanto el nombre como los términos empleados por el grupo de marines protagonistas del relato bélico que proponía una nueva revisión de la guerra del Vietnam.
La solvencia con la traducción de La naranja mecánica supuso que a partir de entonces Molina Foix fue el encargado de realizar las traducciones de todos los filmes de Kubrick –y también la del estreno tardío por culpa de la censura española de Senderos de gloria–. Esa relación se afianza con El resplandor para la que se desplazó a la casa de Kubrick en Childwick Bury, cerca de Londres, y donde tuvo el privilegio de ser uno de los primeros en visionar el montaje inicial de El resplandor, observar las maquetas del laberinto y mantener una entrevista con Kubrick que se publica en el libro como apéndice. Un conocimiento que le sirve para aportar valiosa información sobre el montaje final de la película, con las diferentes versiones de su conclusión.
El encargo de las traducciones le permitió relacionarse de forma intermitente con Kubrick y su entorno –sobre todo con el cuñado del director americano, Jan Harlan– pues en todos esos años hubo un cruce de correos, faxes y visitas al hogar de los Kubrick. Una relación que concluyó con el que sería el último film de Kubrick, fallecido justo antes del estreno de Eyes wide shut.
La amena escritura de Molina Foix, repleta de anecdotas, esconde un estilizado ensayo que nos aporta luz sobre la forma de trabajar de Kubrick y que describe también el panorama cultural de una época, con un análisis sobre las relaciones entre cine y literatura y dos de los autores adaptados por Kubrick como Burgess o Nobokov, destacando la importancia del trabajo de postproducción que supone el doblaje o el subtitulado de las películas y que sirve para comprender la forma en que Kubrick abordaba todas sus creaciones, estableciendo un ferreo control que cubría todos los procesos, desde la produccion hasta la exhibición.
Escribe Luis Tormo
Título: Kubrick en casa
Autor: Vicente Molina Foix
Editorial Anagrama
Colección Nuevos Cuadernos Anagrama
Número de páginas: 136
ISBN: 978-84-339-1629-7
EAN: 9788433916297
Núm. de páginas: 136
Fecha de publicación: 20 de marzo de 2019