Entrevista con Arturo Valls y Carlos Chamarro a propósito de «Camera Café, la película»

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Camera Café, la película se estrena el 25 de marzo en las salas de cine de España. Basada en la serie de televisión que triunfó desde el año 2005 hasta el 2009, el filme dirigido por Ernesto Sevilla cuenta las peripecias de los empleados de una empresa ofreciendo una visión humorística del entorno laboral y el micro mundo, con todo tipo de especímenes, que encontramos en cualquier oficina.

La película recupera el equipo de actores que formaban el reparto inicial (Arturo Valls, Carlos Chamarro, Ana Milán, Joaquín Reyes, Marta Belenguer, Alex O’Dogherty, Esperanza Pedreño o Esperanza Elipe y también a otros nuevos que se incorporan para la ocasión (Manuel Galiana, Javier Botet, Ingrid García-Jonsson o Ibai LLanos).

Los cines Kinépolis Valencia, dentro de la iniciativa de los Preestrenos del Festival Antonio Ferrandis, acogen el preestreno del filme en el que hemos podido hablar con dos de los actores protagonistas: Arturo Valls –también productor del filme- y Carlos Chamarro.

Arturo Valls y Carlos Chamarro. Foto : Luis Tormo

¿Cómo surgió la idea de realizar un largometraje a partir de la serie?

Arturo Valls: La idea siempre ha estado ahí, incluso cuando hacíamos la serie. Se hizo una película en Francia y pensábamos: “¡Cómo molaría hacerla nosotros!” por el hecho de explorar justo lo que ocurre ahora en la película: dónde irían los personajes. Decíamos: “¿Cómo serán las casas? ¿Cómo serán las familias?”.

Eso siempre estaba ahí, pero nadie daba ese paso hasta que llegó un productor, Jorge Pezzi, productor de la película también y me llamó diciendo que estaba pensando comprar los derechos y me preguntó si me apuntaba. Pensé: “Este es el momento”. Y aquí estamos hasta hoy, a punto de estrenar.

¿Cómo fue el proceso hasta encontrar la línea narrativa que os permitiera pasar a de la serie a l a película?

Arturo: ¡Uff! Eso fue lo más complicado.

Carlos Chamarro: Yo recuerdo en ese proceso: “Oye, que vamos a hacer algo de Camera café”; y al año siguiente: “Oye, que estamos escribiendo un guion”; al año siguiente: “Tenemos un guion…”.

Arturo: Te puedo decir que igual hubo cuatro o cinco películas escritas hasta que dimos con ésta porque teníamos que ver cómo de fieles éramos a la serie, si atendíamos solo al fan o si también teníamos en cuenta al nuevo espectador joven que veía la serie cuando era pequeño.

Entendíamos que el lenguaje audiovisual había cambiado, que había pasado quince años, que la manera de consumir cine o ficción había cambiado, que había un público nuevo que tenía que entender la serie, y sobre todo, muy importante, que la película tenía que funcionar por sí sola; de tal forma que alguien que no ha visto la serie, vea esta película y la entienda.

Y hasta que encontramos ese equilibrio de mantener el espíritu, que los personajes estén, que al fan de la serie vea esos personajes y los recuerde; pero que al mismo tiempo disfrute con una apuesta que va más allá de lo que era Camera Café.

Rodaje de Camera Café, la película. Foto: Warner Bross

Se ha mantenido el humor bizarro de la serie original, pero con la influencia de Muchachada Nui. ¿Habéis tenido en cuenta que ya no se puede hacer determinado tipo de chistes, la cultura de la cancelación, etc.?

Carlos: Yo no vi nada en el guion. Recuerdo que recientemente estaba haciendo teatro y el personaje decía “esto es un coñazo” y recuerdo que a mí, personalmente, por esta cosa de los micros machismos, me resulta incómodo decir “¡Qué coñazo!” como referencia a algo malo… Pero no lo vi en el guion de la película. Era un guion como el de Camera café, un humor muy blanco, inteligente y muy actual.

Arturo: No había chistes políticos, no había crítica social, era puro costumbrismo. Pero claro, el costumbrismo del año 2000 no es el de ahora. Más que autocensura, era pereza. Eso está ya contado, ese tipo de personajes ya se han retratado. Además, la película no cuenta el paso del tiempo, salvo el ídolo del personaje de Quesada que es actual. Digamos que el espacio de Camera café se desarrolla en un multiverso, ahora que está tan de moda.

¿Cómo aparece Ernesto Sevilla en el proyecto?

Arturo: Somos amigos desde hace mucho tiempo y conocía sus inquietudes. Ya en Capítulo Cero demuestra las maneras y vemos que hay un director en ciernes y pensé que era la mejor persona para darle dinamismo a la cámara porque sabíamos que no podía estar fija como en la serie, había que despegarla de la máquina de café y que mejor persona que Ernesto para hacerla volar. ¡Y vaya si la ha hecho volar! Yo decía a veces: “¡Ernesto, no vamos a dejar la cámara quieta un momento!”. Tira de zooms, travellings, cámara lenta…

Esa cosa efectista que tiene, esa dinámica, con tanto homenaje cinematográfico, con tanto vigor, contribuía a esa apuesta que hemos hecho. Sabía que iba a hacer una película sexi, muy visual, muy vistosa.

¿Y tu papel de productor?

Carlos: Arturo siempre ha sido muy productor. Gracias a ello estamos aquí.

Arturo: Sí. Más allá de saber lo que cuestan las cosas sí me gusta esa parte tan ilusionante que es, una idea que surge sobre un papel en una sobremesa, levantarla y construirla. Esa parte me estimula mucho.

Carlos: Woody Allen dice que rodar es la parte aburrida pero que levantar todo el proyecto es lo estimulante.

Arturo: Convencer al director de fotografía para que haga la película, convencer a todos los actores, pensar en el concepto, el tipo de película que vamos a hacer que eso fue lo que más nos costó: “Qué tipo de película hacemos”; cabía un montón de pelis, más conservadoras, más o menos corales, etc.
Todo ese proceso es el que más disfruto. Las conversaciones con Ernesto, días enteros… y noches enteras.

En la película, dentro del género de comedia, además de los homenajes, hay muchos subgéneros y se mezcla el musical, la animación…

Arturo: Y terror, y ciencia ficción…

¿De dónde surge todo eso?

Arturo: Tiene que ver con la intención de sorprender al espectador. Ernesto decía a veces: “Molaría que fuera un parque de atracciones” y es un poco eso. Una vez hemos situado al espectador en ese universo nuevo hay un momento en que la película despega y empieza a proponer y proponer…
Cuando rodamos el videoclip Ernesto decía que quería que el espectador se preguntase: ¿Pero de verdad se van a poner a cantar ahora? Ese tipo de película que juega a no dejar el espectador tranquilo es la apuesta que hicimos.

Arturo Valls. Foto: Luis Tormo

Arturo, tú has comentado que la película es un divertimento. Y Carlos se dedica a la comedia en diferentes medios como series o teatro. ¿Por qué se considera siempre a la comedia como un escalón inferior?

Arturo: Esto es el eterno debate.

Carlos: Es la eterna diatriba del cine español con la comedia. En teoría somos muy buenos haciendo comedia pero no se valora para dar un premio cuando sabemos todos que es mucho más difícil hacer comedia que hacer drama.

Un guion de comedia es complicado.

Arturo: Complicadísimo. Para hacer reír y que la comedia funcione el guion es mucho más complicado que en un drama. Otra cosa es que si la comedia no funciona, es un desastre; una comedia fallida es un desastre, un drama que no funciona puede pasar…

Carlos: Terminas diciendo que es lenta…

Arturo: Es igual que El buen patrón. Es una comedia pero al tener esos tintes de crítica social ya se considera algo más, es alta comedia, con más fondo. Esto que es puro entretenimiento, una cosa ligera, una película que no se toma en serie a sí misma, se considera menos. Pero yo hace tiempo que cuento con eso.

Carlos: En la serie tú aguantabas cinco minutos de comedia en un capítulo, aquí son 90 minutos de un mismo capítulo, el reto es más bestia y está más que conseguido.

Escribe Luis Tormo

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