Entrevista con Adriana Ugarte

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«Cuentas historias para que se vean y para generar un cambio, una reflexión»

Del 13 al 17 de octubre de 2021 se ha celebrado el Festival de Cine Antonio Ferrandis de Paterna, que este año ha llegado a su sexta edición con una amplia programación de actividades en torno al cine y que incluyen el concurso de cortometrajes, proyecciones especiales, coloquios, etc.

Además, el festival extiende sus actividades durante todo el año con los preestrenos que se celebran en los cines Kinepolis y que permite contar con la presencia de las figuras más relevantes del cine español.

En la edición de este año se ha hecho entrega del Premio de Honor a la actriz Adriana Ugarte. Con este reconocimiento, la intérprete se suma al listado de actrices y actores reconocidos por su trayectoria en pasadas ediciones, como Javier Gutiérrez, Carmen Machi, Hugo Silva, Emma Suárez o Nacho Fresneda.

Actriz polifacética, Adriana Ugarte (Madrid, 1985) ha protagonizado algunas de las series de ficción más reconocidas de los últimos años, como La señora o El tiempo entre costuras, que le valieron alzarse con un Ondas, el premio de la Unión de Actores o el premio Iris entre otros. También ha trabajado a las órdenes de directores tan reconocidos como Pedro Almodóvar en Julieta, y ha sido protagonista de títulos como Combustión, Palmeras en la nieve o Durante la tormenta. Adriana Ugarte está de actualidad por su trabajo en las series Parot y Hache (de la que se está rodando la segunda temporada).

Con motivo de la entrega del premio a Adriana Ugarte, y gracias al Festival de Cine Antonio Ferrandis, hemos podido mantener una conversación, junto con otros medios, con la actriz española, en la que nos habla de su trayectoria cinematográfica.

Foto: María Guglielmone

Recibes el premio del festival a tu trayectoria como actriz, una trayectoria que se extiende a lo largo de dos décadas. ¿Cómo valoras este recorrido y en qué momento te encuentras ahora?

Siento que estoy en un punto de mi carrera en que soy más consciente, por un lado, de la fortuna que he tenido de poder estar trabajando a lo largo de todos estos años, de haberme podido rodear de gente tan buena, tan sabia y tan humana; y por otro lado, también ser consciente de las cosas que quiero y no quiero y de la importancia del autocuidado, esto sí es importante con un trabajo en el que se juega con tanta intensidad y juegas con un material sensible porque al final es lo que te llevas a casa.

Creo que la idea es: si la vida quiere y te lo permite y el trabajo se sigue dando, poder mantenerte en esta profesión y salvaguardar, de alguna manera, la salud de tu alma para que tu vida privada no se resienta. Porque es verdad que hay determinados proyectos con los que el sistema puede hacer aguas.

¿Qué tiene que tener un proyecto para que le digas sí y te involucres en él?

Es un poco como cuando se lo dices a una persona. No sé por qué me gustas, pero me gustas. Sobre todo que el guión y de lo que se hable, para mí tenga sentido, que sienta que esa historia es necesaria que sea contada, que el director que está detrás y que va a dirigir toda esa orquesta me infunda confianza, interés, curiosidad.

También los compañeros con los que me rodeo, que tengamos claro que trabajamos unos con los otros, como decíamos es una trabajo intenso, de mucha confianza, todos somos muy diferentes, muy sensibles y al final hay que llevar el trabajo a buen puerto, creo que es importante que exista una actitud de creación conjunta. Es importante rodearte de personas con las que tengas muchas ganas de trabajar.

Foto: María Guglielmone

A lo largo de estos años ¿has notado una evolución en la escritura de los guiones para mujeres, una evolución que tiene que ver con la incorporación de mujeres guionistas o directoras y que puedan aportar un mayor peso del punto de vista femenino?

Tengo mi cosa con lo femenino… No creo que lo femenino sea patrimonio de la mujer, creo que lo femenino es patrimonio del hombre y de la mujer y que lo masculino es patrimonio del hombre y de la mujer. Me pasa igual que con el mundo sensible, creo que la sensibilidad no es inherente a la mujer o al hombre sino a un ser humano y a una manera de mirar el mundo.

Pero probablemente creo que sí, poco a poco, pero sí se va haciendo más hueco a las mujeres, ya no solo a las mujeres trabajadoras sino a la temática y a los guiones y las historias que se cuentan. Creo que empieza a tomar más importancia la vida de la mujer adulta. A mí me pasa como espectadora, me interesa mucho ver cómo descubre las primeras cosas un adolescente, me gusta ver cómo crece y evoluciona, cómo se convierte en una adulta y cómo va cambiando su cuerpo, su cabeza, sus ilusiones… Todo esto a mí me interesa y creo que se empieza a abrir un poco más. Sí sucede en el cine europeo y creo que en España empieza a suceder un poco más o quiero pensarlo, quiero pensar que pasa un poco más.

Desde el punto de vista de los trabajadores, pues es verdad que hay menos directoras. Y también pasa cuando te asomas a un equipo de rodaje; los equipos de cámara, por ejemplo, son casi todos hombres, los eléctricos son casi todos hombres. Pero poco a poco va cambiando, las mujeres demuestran que pueden desempeñar todo tipo de labores y los hombres pueden desempeñar también todo tipo de labores. La mujer no tiene que responder a esto que espera el patriarcado de ser la mamá cuidadora y que normalmente integran casi todos los equipos de diseño y producción y te traen lo que necesitas; puede ser una eléctrica que sujeta un palio o una directora de fotografía que te pone un aparato aquí… Todos podemos hacer todo, si no hay nada físico que te lo impida por razones ligadas a tu biología, no hay nada que impida que todos formen parte de todos los departamentos

Tu Sira o tu Julieta son personajes muy fuertes. ¿Te ves reflejada en esos personajes o en qué personajes de ficción te ves como en un espejo?

Creo que al final somos espejos de todos los personajes, igual que somos espejos de todas las personas que pasan por nuestra vida y ellos de nosotras. A veces me gustaría ser tan fuerte como algunos de los personajes que he hecho, me gustaría tener el coraje o la falta de empatía que tiene Hache, que le da todo igual.

Aprendo mucho de todos los personajes. Al final te enseñan algo, que si te lo crees es posible. Si te levantas y crees que eres fuerte y mañana otra vez, y al día siguiente otra vez, igual al cabo de un tiempo va y eres fuerte. Si algo me enseña este trabajo es esto, puedes en cierto modo crear quién quieres ser y qué quieres ofrecer al mundo. Luego, las cosas te pueden salir mejor o peor, pero eres responsable de tu felicidad y puedes hacerte mucho bien.

¿Crees que los personajes que has interpretado han podido dar voz o reflejar a mujeres que no tengan oportunidad de dar esta voz?

Esta es la intención y por eso contaba antes que cuando elijo un proyecto tengo que sentir que la historia tenga necesidad de ser contada, para sentir que esa historia sea contada hay que sentir que va a generar un cambio, que va a crear una reacción de identificación. Hay muchas mujeres que no pueden expresarse y por eso creo que es importante contar historias como Parot, donde una mujer sufre una violación, es incapaz de llevar una terapia, vive con ese trauma atragantado y su vida es un desastre. Creo que esto es un tema que pasa y ahora está, afortunadamente, muy presente.

Hoy se proyecta en el Festival Antonio Ferrandis, en Paterna, Durante la tormenta, una película que protagonizas, que no fue bien en taquilla en España, pero tuvo un éxito enorme en China y provocó que se reestrenara aquí. Luego trabajas en una serie de Amazon Prime o Netflix que se ven en todo el mundo y que provocan una internacionalización de tu trabajo más allá de las pantallas de cine.

Bueno está pasando una cosa que es muy positiva, pero que también puede ser peligrosa. Gracias a que las plataformas viven una época muy sana pueden ser un apoyo esencial e indispensable para el cine. Creo que esto es interesantísimo porque las plataformas pueden integrar en su carta de contenidos mucho cine que puede ser interesante. Lo que me da más pena y no me gustaría que sucediera es que las salas se vaciaran porque creo que hay proyectos que necesitan ser vistos en una pantalla grande.

Pero me parece un intercambio muy positivo. Y es brutal que de repente un proyecto tuyo, como has dicho, pueda tener éxito en China, porque al final tú cuentas historias para que se vean y para generar un cambio, una reflexión. Si esto puede viajar a más lugares, a más cabezas, a más corazones, mucho mejor.

Escribe Luis Tormo

Artículo publicado originalmente en Encadenados

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