«Tengo una manera muy natural de actuar»
Paula Usero
Paula Usero (Valencia, 1991) empezó su carrera haciendo publicidad para televisión, esa inclinación por la interpretación le llevó a estudiar en la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Valencia y, estando en el tercer curso, debutó en el cine con El olivo de Icíar Bollaín.
Tras sus primeros trabajos en televisión con Velvet Colección o Paquita Salas, el éxito le llegó con Amar es para siempre, la longeva serie de Antena 3, interpretando a Luisita Gómez, un personaje con el que traspasó fronteras hasta el punto de que Paula Usero y Carol Rovira dieron el salto a la plataforma de Atresmedia para protagonizar un spin off titulado #Luimelia en el que se trasladaban sus personajes de Amar es para siempre a la época actual.
#Luimelia, un producto que ha tenido un éxito importante y que lleva ya tres temporadas emitidas. Y se acaba de anunciar que en julio de 2021 se emitirá la cuarta temporada, en la que se amplía la duración de los capítulos, pasando de los 8 minutos de las primeras tres temporadas, a los 30 minutos de la cuarta temporada.
En paralelo, Paula Usero volvió a trabajar con Icíar Bollain —verdadero talismán para la actriz— en La boda de Rosa, una de las películas más reconocidas del cine español de 2020. Su enorme interpretación en esta película le sirvió para optar a las nominaciones de los galardones más importantes de este país como Mejor Actriz Revelación en los Premios Goya o Mejor Actriz de Reparto en los Premios Feroz.
Recientemente ha trabajado en la serie La cocinera de Castamar y a protagonizado el corto Cuando haces pop, dirigido por Kevin Castellano y Eduardo Hirschfeld, en la que también se involucra en las tareas de producción.
La actriz valenciana ha recibido el premio Un futuro de cine en la 36ª edición del festival Cinema Jove de Valencia. Con motivo de este premio, Paula Usero ha protagonizado un encuentro con el público en el festival tras el que hemos podido entrevistarla para hablar sobre su trayectoria, sobre la forma que tiene de abordar sus personajes y cómo le gustaría plantear su futuro en el campo de la interpretación.
Recibes el premio Un futuro de cine del festival de Cinema Jove de Valencia. ¿Qué supone el premio para ti siendo una actriz valenciana?
Es el primer premio que me dan y me hace mucha ilusión que sea en Valencia, en mi tierra. El otro día pensaba: «Qué voy a decir. No tengo ni idea de lo que se dice en estos casos». He visto discursos de personas a las que se lo han dado, pero no sé qué decir. Creo que no es un premio a mí o un premio por ser actriz, es un premio a la constancia, a la lucha, a la valentía de hacer cosas y un premio a la intuición.
Hay gente que se ríe mucho cuando hablas de intuición, pero creo que he tenido una intuición muy fuerte durante muchos años, una intuición de que estaba en el camino correcto y solo había que esperar y seguir peleando. Creo que es un premio realmente para eso.
De hecho, ahora estás recogiendo ese trabajo que has realizado a lo largo de estos años, como la nominación a los Goya que es muy importante para tu carrera.
Sí. Ha sido un comienzo de año muy fuerte. Los Goya, los Feroz, los CEC… Son premios que yo he visto a lo largo de mi vida en la tele, que los he seguido, y me he alegrado porque se lo han dado a amigas y lo he vivido con ellas, lo he disfrutado mucho, y claro, verme ahí… casi no me reconocía a mí misma en la pantalla.
Cuando llegó con La boda de Rosa lo deseaba porque sentía que era el escenario perfecto, un papel de protagonista, aunque la protagonista por excelencia era Candela Peña, pero era un papel para el premio Revelación; si no era con esta película probablemente ya no sería con otra y no quería perderme la oportunidad de vivir eso. Estaba atacada de los nervios y muy contenta. No me dieron ninguno, pero ahora estoy aquí, en Valencia. Todo pasa por algo, también es bonito recibir el primer premio aquí.
¿Cuándo te diste cuenta de que realmente querías ser actriz y que merecía la pena luchar por eso?
En 2016, cuando acabé la carrera de interpretación y me fui a Madrid estuve allí casi un año entero en unas condiciones terribles, muy poco dinero, ningún trabajo de actriz, no me cogían en ninguna prueba… Y aunque no lo pensé en ningún momento creo que mi cuerpo me estaba llevando por ese camino y no quería salirme de ser actriz.
Sabía que lo que más feliz me hacía era la experiencia que había tenido en El olivo dos años atrás, allí me había sentido tan bien, tan especial, que formaba parte de algo, sentía que había madurado y había cambiado en esos dos años respecto a mi forma de ver la vida, de relacionarme con la gente, y sentía que la manera que tenía de contar cosas igual era interesante para alguien y que le apetecía escucharla. Ahora pienso que fue en ese momento, aunque entonces no era consciente.
¿Cómo afrontas el reto de ser actriz porque tienes papeles en películas y series muy diferentes? Amar es para siempre es un trabajo que se extiende durante tres años pero #Luimelia son capítulos de 8 minutos donde los personajes se definen apenas con unas pinceladas.
Sé que son personajes muy distintos, épocas distintas también, pero creo que tengo una manera de llevar adelante los personajes, que no sé dónde la he aprendido porque en la escuela no te enseñan a ser actriz de audiovisual, nunca, en cuatro años no tienes la posibilidad salvo una optativa. Recuerdo que pensaba que igual lo estaban enfocando mal, la forma de enseñarnos, la cámara, cómo tiene que ser, porque yo voy a salir ahí y luego no es eso.
Apuestas por la intuición como comentabas antes. Y por un forma de interpretación muy natural.
Sí, es lo que te iba a decir. Yo tengo una manera muy natural de actuar. Mi manera de hablar, de ser, de comportarme con la gente, la traslado a los personajes porque me gusta que sean lo más reales posible porque luego, cuando veo algo, a veces no me lo creo. Hace poco he visto una película en la que se llama Els dies que vindran y es una película hermosa, con una naturalidad increíble, que en ningún momento te planteas que estás viendo una peli, es como ver a tus amigos ahí, y eso me fascina.
Eso es lo que persigo. Por supuesto estudio. Y le doy mil vueltas al texto y me planteo cómo lo voy a decir, este conector no sirve aquí y allí falta otro… Y la razón es porque quiero que sea natural, eso es lo que más me atrae.
¿Intuías el éxito que podía tener #Luimelia, ese proyecto en un formato de pequeños capítulos, basado en actualizar los dos personajes de Amar es para siempre?
En realidad cuando nos lo ofrecieron, la primera temporada, fue como vamos a sacar partido de esta pareja, de estos dos personajes, haciendo otra cosa más. Lo que pasa es que ha ido evolucionando, se ha ido abriendo, gusta a fans pero también a mucha gente de la industria que lo ha visto y nos envían mensajes diciendo que lo han visto entero, gente de la industria a quienes respetamos mucho.
Creo que es una pareja muy fresca. Es cierto que en los capítulos de 10 minutos se iba buscando el gag o la broma, y nos hemos dado cuenta, por fin después de tres temporadas, que queremos contar algo más.
Y para eso se amplía la duración en los capítulos de la cuarta temporada.
Claro. Y no solamente nosotros, sino la gente que decide, por fin nos han escuchado y nos han dado treinta minutos.
Y para el éxito también influye ese mensaje positivo de normalizar las relaciones.
Sí. Y también hay mucha gente que nos seguía en Amar es para siempre, que veía la serie desde el principio, y que ahora ve #Luimelia, y que a lo mejor pensaba «mira estas…», y ahora esas bromas ya no las hacen. Y eso es bonito porque las películas o las series que vemos deberían servir para educar; sin pretenderlo pero a lo mejor mucha gente ha cambiado su perspectiva de las relaciones, del amor, gracias a esto.
¿Tienes claro el recorrido que quieres seguir en tu carrera?
Me gustaría recorrer un camino como más pequeñito, trabajar con directores o directoras que comiencen ahora, que sea su primera o segunda película, que tengan una manera bonita de querer contar algo, que no te quedes igual; es hacer cosas que te calen, como cuando te comes una manzana y el azúcar va muy poco a poco en la sangre.
Contar una historia bonita desde al amor, pero desde el amor de la persona, algo pequeño, más indie. No me apetece hacer algo muy comercial, estoy huyendo un poco de eso, aunque no quiere decir que nunca vaya a hacerlo, sino que ahora me apetece apostar por este estilo que he comentado.
En la tercera temporada de #Liumelia habéis escrito un episodio Carol Rovira y tú. Las dos protagonistas os implicasteis en el guion del capítulo. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue muy guay, fue una experiencia increíble y tenía muchas ganas porque soy muy inquieta. Le dije a Carol: «Tenemos que hablar con Borja [Borja González Santaolalla, guionista y creador de #Luimedia junto con Diana Rojo] para que nos deje escribir un guion». Y ella dijo: «Sí, pero sobre qué vamos a escribir». Y le dije: «Da igual, vamos a fluir, que ellos nos digan de dónde venimos en los capítulos anteriores, dónde nos vamos a encontrar, y nosotras escribimos a ver qué nos encontramos».
Fue en un día, y me resulto tan fácil que le dije a mi chico: «Léelo a ver si te parece una mierda»; y me dijo: «¿Pero lo ha escrito Borja?”; y contesté: «No. Lo he escrito yo»; y él me dijo que estaba increíble. Tenía ganas de contar la historia desde mis ojos; cuando tú interpretas, dices lo que te han escrito pero en este caso tenía ganas de escribir y decir lo que yo quería expresar sobre este personaje.
Yo estoy actuando pero a mí me pasan infinitas cosas por la cabeza para llegar a lo que me han escrito; y si en vez de qué me pase por la cabeza, lo puedo contar… Me parecía guay, me hacía mucha ilusión, de hecho creo que es el capítulo entre la temporada uno, dos y tres donde los personajes son más terrenales, está todo más pausado.
Escribe Luis Tormo
