Amsterdam de Ian McEwan

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Aquella mañana, durante un paréntesis de calma nada habitual en su jornada, a Vernon Halliday volvió a asaltarle el pensamiento de que tal vez no existía. (Amsterdam, Ian McEwan)

En 2001 Ian McEwan publicó Expiación (Atonement) la novela que le asentó definitivamente como uno de los mejores representantes de la literatura inglesa actual y cuyo impacto se vio multiplicado por el efecto de su adaptación cinematográfica. Sin embargo, el salto apreciable en su obra viene justo con su novela anterior Amsterdam que fue galardonada en 1998 con el Booker Prize, uno de los premios más prestigiosos en habla inglesa.

La novela comienza con el funeral de Molly Lane, una mujer libre, independiente, que ha fallecido tras una rápida enfermedad. La ceremonia reúne a cuatro hombres importantes en la vida de Molly: su marido, George Lane, un editor millonario; Julian Garmony, el actual ministro de Asuntos Exteriores; y dos amigos que compartieron su amor, el músico Clive Linley y Vernon Halliday, director de un importante diario.

El protagonismo se centra en Clive y Vernon, amigos desde los años 60 y amantes de Molly en diferentes periodos de su vida. Dos personajes que por su amistad se sitúan en oposición respecto del tándem formado por el reciente viudo y el ministro, un político de derechas. Todos son conscientes de la importancia de Molly en sus vidas y, de una manera u otra, es el fino hilo que los conecta. De hecho, Molly, a pesar de su muerte, es una presencia que cuenta con más vida que los hombres que la amaron.

Ian McEwan
Ian McEwan. Foto: ©Annalena McAfee

Sin embargo McEwan no transita por el terreno del amor sino que esgrime el personaje de Molly como un subterfugio para reflexionar sobre la amistad y su negación más absoluta, la traición y la falsedad.

Partiendo de situaciones que son retazos de la realidad como es el escándalo político por asuntos sexuales –aunque sean unas tímidas fotografías-, la celebración del fin de siglo o las luchas de poder en los medios de comunicación; Amsterdam va más allá de la actualidad en la que fue escrita para lanzar un discurso sobre los cambios que sufren la sociedad y las personas con el paso del tiempo.
Vernon y Clive asumen una mirada romántica del pasado, asociada a Molly y a la época de rebeldía de finales de los años 60 o principios de los 70 en contraposición frente a la época actual –la novela esta escrita a finales de los 90- en que ambos están asentados en sus carreras y miran en el mundo desde la madurez de su edad.

La novela trata sobre la decadencia de unos personajes, y por ende, de la sociedad que los ha creado. Y esa decadencia afecta a la amistad entre Vernon y Clive, demostrándose que hay una difusa frontera que separa al amigo del enemigo. Amistad traicionada también por la deshonestidad. Clive, con todo su prestigio como compositor se ve casi obligado a realizar una composición bajo unos tiempos y unos requerimientos que sabe lastran su valor artístico; Vernon, con una carrera reconocida en el periodismo se ve obligado a recurrir al sensacionalismo para elevar las ventas del diario que dirige. Ambos tendrán en un momento determinado que tomar una decisión: Clive, en aras del elevado concepto que tiene de sí mismo y de su arte no considera necesario informar de un detalle a la policía; y Vernon, amparado en su supuesto deber de contar la verdad, apuesta por arruinar la trayectoria profesional de un político por un asunto personal.

Parece que del marido de Molly y del político conservador se esperan esas contradicciones o actitudes mezquinas; sin embargo, son precisamente los dos viejos amigos, henchidos de honestidad, los que evidencian la fragilidad y la decadencia moral de una sociedad. A partir del hecho detonante de unas fotografías comprometidas todo se precipita hacia un final que el autor de Expiación resuelve exagerando el tono irónico.

Diferentes portadas de Amsterdam
Diferentes portadas de Amsterdam

La falta de moralidad, que afecta a sus carreras profesionales, termina por extenderse a sus vidas privadas. De la pulcritud y educada actitud inicial se pasa al rencor y al odio desenfrenado, sin sentido y alejado de la racionalidad. El desenlace tendrá lugar en la ciudad de Amsterdam –fuera del Reino Unido, una especie de terreno neutral–, el lugar elegido para el estreno de la Sinfonía del Milenio.

Se refleja la falsedad de unos personajes que precisamente son representantes o iconos de la sociedad. El enfoque sardónico no hace sino acentuar la fábula moral permitiendo que una serie de acontecimientos provoque un envenenamiento en la relación de los amigos; la sátira hace que nos acerquemos con amabilidad y simpatía a unos personas egoístas que pierden categoría moral frente a los recuerdos que todos ellos tienen de Molly.

La descripción del proceso de composición de una sinfonía, la búsqueda de inspiración mientras Clive recorre el Distrito de los Lagos, el funcionamiento de la redacción de un diario ante el lanzamiento de una exclusiva o la sensación de soledad de los personajes son bellos ejemplos de la técnica literaria de McEwan.

Novela muy recomendable para entender la dificultad de mantener la moralidad y la ejemplaridad en ese periodo de madurez en el que los personajes parecen haberlo conseguido todo pero, en el que desafortunadamente para ellos, cualquier tiempo pasado fue mejor al certificar que el paso de los años acaba con los ideales y la rebeldía de la juventud.

Escribe Luis Tormo

Título: Amsterdam
Autor: Ian McEwan
Año: 1998
Editorial Anagrama
Colección Panorama de Narrativas
Traducción: Jesús Zulaika Goicoechea
Número de páginas: 200
Fecha de publicación: 1 de septiembre de 1999

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