Entrevistamos a Juanjo Moscardó y Suso Imbernón a propósito de Amor en polvo

El 24 de julio de 2020 se estrena en las salas de cine Amor en polvo, la comedia dirigida por Juanjo Moscardó y Suso Imbernón y protagonizada por Macarena Gómez, Enrique Arce, Luis Miguel Seguí y Lorena López. El filme, rodado en Valencia, es una producción de Cosabona Films y Cilantro Films. Begin Again Films se encargará de su distribución en España.

Juanjo Moscardó y Suso Imbernón, con una sólida trayectoria en el mundo del cine y la televisión, debutan en la dirección para la pantalla grande con esta comedia que habla del intercambio de parejas, las relaciones sentimentales y las diferentes formas de entender el amor.

Con ambos directores mantuvimos una conversación relajada y sin prisa, en la que pudimos hablar con detalle de cómo ha sido afrontar un proyecto de estas características, su origen, sus intenciones, la forma de rodar o la importancia del reparto.

¿Cuál es el origen Amor en polvo?

Juanjo Moscardó: Nació de un proyecto que queríamos hacer María Laura Gargarella y yo, una película muy pequeña porque era el momento de la crisis económica de tal forma que la idea era hacer una cosa muy barata y nos pusimos dos reglas: pocas localizaciones y pocos actores, y que se rodara muy rápido.

A raíz de ver cómo dábamos forma a eso salieron varios temas y, al final, ya que a los dos nos gustaba la comedia romántica, quisimos hacer una película de amor. Fue más tarde cuando ya se incorporó el tema del intercambio de parejas, que al principio no estaba pues nos interesaba hablar del amor a través de una pareja que llevaba mucho tiempo juntos y se empieza a destruir su relación, y una pareja, que por una casualidad se acaban de conocer, y que empieza a construir su historia. Veíamos cómo las relaciones se cruzaban, cuando una pareja estaba de bajón la otra iba subiendo.

Ese fue el origen, querer hacer una comedia sobre el amor que fuera muy divertida y de ahí lo del intercambio como premisa cómica. Después entraron María Mínguez y Suso en el proyecto, en la segunda fase, les gustó la idea y se sumaron.

¿Cómo gestionáis la codirección? ¿Cada uno tiene un papel asignado?

Suso Imbernón: Yo tengo bastante experiencia codirigiendo y nunca me he repartido tareas. Igual que hay gente que dice: «Yo me encargo de los actores o las actrices», a mí siempre me ha gustado colaborar en todo y con Juanjo fue así. Él tenía menos experiencia, pero al final Juanjo tenía clara la visión de lo que quería. Y como coincidíamos en esa visión general y el planteamiento de la película es relativamente sencillo, no hemos tenido ningún problema, yo tengo experiencia dirigiendo actores, pero él ha parido el guión junto a María Mínguez y María Gargarella y cuando se planteaba alguna duda de interpretación íbamos al guion, y al estar muy bien escrito, se veía claramente la acotación y lo que queríamos mostrar. Por lo tanto, el trabajo ha sido muy colaborativo.

Juanjo: Y en el guión, primero con María Gargarella, y después con María Mínguez, siempre trabajamos a la vez. Hay veces que los guionistas se reparten los papeles, unos dialogan una escena, otros otra, y después lo juntamos; sin embargo, nosotros escribimos a la vez todas las escenas, y ese trabajo con Suso también estuvo muy bien. Un trabajo artesanal, línea a línea. Suso es muy puntilloso y cualquier cosa que veía en una frase hacía que nos lo replanteáramos y que lo ensayáramos.

Suso: Ensayamos poco, aunque al final tuvimos más tiempo para ensayar de lo que están acostumbrados los actores. Cuando entré, pensé: «Esto es ya una peli. Dejamos los cortos y podemos ensayar» y luego nos dimos cuenta de que era complicado.

Juanjo: Algunos actores dijeron que era la película que más habían ensayado con diferencia. De hecho, creo que tuvimos más días de ensayos que de rodaje. Y se nota en la película porque como teníamos poco tiempo para rodar, las pruebas se hacían en el ensayo y los actores en esta fase de ensayos sacaron alguna réplica interesante que se incorporó al guión. Nos sirvió de mucho ir grabando ensayos e ir probando cómo quedaba.

Suso: Un consejo para directores nóveles: «Ensayar mucho, grabar maquetas si podéis y tener un montador en rodaje». A nosotros nos vino bien lo del montaje porque hicimos dos versiones, una en castellano, y otra en castellano y valenciano.

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Juanjo Moscardó y Suso Imbernón. Foto: Luis Tormo

De la película hay dos versiones, una que incorpora el valenciano y otra en castellano.

Juanjo: Una mayoritariamente en valenciano. Pero personalmente, como coproductor, en el momento en que estábamos vendiendo la película, todas las distribuidoras coincidían en que si no estaba la versión entera en castellano, no había hueco para esa distribución de la película mayoritariamente en valenciano. Ahí fue cuando se nos ocurrió la idea de hacer un esfuerzo, meter más recursos y tener un poco más de días, para poder rodar las dos versiones.

Al ser una película con pocas localizaciones nos dimos cuenta que con un poco más de dinero podíamos rodar también la versión en castellano. Fue un poco de locura, pero nos ha permitido tener más difusión. Incluso alguna distribuidora catalana nos comentó que la comedia tampoco funcionaba en catalán en Cataluña. Es sorprendente y al final es como la pescadilla que se muerde la cola, no sabes si a la gente no le gusta porque no se hace o viceversa.

Suso: Es una comedia comercial, que se basa mucho en los diálogos, y en otro idioma… Y el público de ese tipo de películas no está acostumbrado.

Antes hemos comentado que es una comedia de intercambio de parejas, pero la película va mas allá y nos habla de los problemas de pareja, de las relaciones sentimentales.

Juanjo: Esa era nuestra intención. Utilizarlo como un detonante potente que generaba comicidad porque es una cosa que no es habitual. Como premisa cómica estaba bien que una mujer propusiera a su pareja realizar un intercambio y poder ver eso como espectadores, desde la barrera. Normalmente en las películas sobre intercambio de parejas este hecho aparece como un elemento que dificulta la pareja y nosotros queríamos mostrar que era una forma más, pues cuando nos documentamos para la película vimos que a muchas parejas les funcionaba.

Hacéis referencia la comedia independiente americana pero al final es una comedia de tintes clásicos.

Juanjo: Nos inspiramos en el Mumblecore, pero el cine español también tiene comedias parecidas como Todo es mentira o El otro lado de la cama, comedias naturalistas, cotidianas; pero es verdad que con el Mumblecore americano, que es un movimiento que encabezan los hermanos Duplass, nos sentíamos identificados porque es un poco lo que me pasó a mí también. Este proyecto lo iba a hacer Fernando Colomo, pero no consiguió levantar la película y nos devolvieron los derechos; y los hermanos Duplass les pasó algo parecido, eran actores que no conseguían producir sus películas y se lanzaron ellos a producir; películas de bajo presupuesto muy centradas en los actores, con pocos personajes. Todo eso es lo que se parece bastante.

Suso: Respecto a lo que decías del Mumblecore, en España se hacen muchas comedias comerciales en las que se tiende a exagerar un poco, más disparatadas. Nosotros hemos conseguido tener una comedia que es potente, donde la gente se está riendo en la sala pero que en general no se pasa y es bastante creíble. Puede haber algún momento de drama y tiene el tono justo.

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Foto: Cosabona Films

A eso me refería con este tono clásico

Juanjo: Es verdad que muchos referentes son antiguos e incluso algunas veces nos decían: «Buscar referentes más nuevos», pero teníamos en la cabeza cosas de la comedia clásica. Nos gusta mucho y es un poco más elegante, no tan paródica o exagerada. De hecho, algunos distribuidores nos decían «¿Por qué no la hacéis más loca?». Y nosotros comentábamos que ese no era el tono de la película. Nosotros empezamos de menos a más, vamos poco a poco, primero sonriendo para terminar en carcajada, pero porque toda la situación te ha llevado a eso a través del guión.

Hay un punto femenino que se traduce en una presencia dominante de las mujeres. Blanca lleva la iniciativa frente a Pablo que parece más cohibido.

Juanjo: Nos dimos cuenta que había de todo, lo puede proponer un chico o una chica; aunque es verdad lo que comentas porque hay dos mujeres guionistas en el proyecto. Cuando empecé este proyecto tenía claro que al hablar de amor y sexo quería escribirlo con una chica para tener la otra visión porque muchas veces, como chico, aunque intentes ponerte en el papel femenino, no es lo mismo; hay cosas que ni entiendes. Por eso vino bien tener estas posiciones al mismo nivel que la de los chicos; hubo una lucha, como hay en la vida real, donde muchas veces tú no entiendes a la otra parte, la otra parte no te entiende a ti…

Suso: Lo de «¡Qué te follen!».

Juanjo: Exacto. Hay un diálogo en la película que es tal cual. Es una conversación que tuvimos María Mínguez y yo porque cuando en el guión Pablo le dice a Blanca hablando del intercambio «que te follen» y María Mínguez dijo: «Eso es un poco hetero-patriarcal. Has dicho que te follen y tendría que ser follemos». Y tal cual esa discusión entre María y yo se incorporó en el guion porque yo lo entendí perfectamente y tenía que formar parte de la película. Es un buen ejemplo de este tipo de cosas que tú no te das ni cuenta, es involuntario.

Como ya habéis explicado la película son pocas localizaciones y pocos actores. ¿Cuál fue el planteamiento técnico para agilizar visualmente la película? Parece que las escenas del bar están rodadas de una forma más clásica y las del piso están mostradas con más tensión.

Suso: Lo primero es que el guión ya daba casi una forma de rodar y montar, el guion ya invitaba a hacer algo naturalista. Podríamos haber estado en el bar haciendo travellings circulares alrededor de ellos, pero es que el diálogo funcionaba con naturalidad, entonces lo mejor era respetar el guión y el trabajo es estar ahí sin exagerar con la cámara, lo que hay es que estar con los personajes. Sí que hay diferencias entre el bar y la casa, porque en la casa hay más desarrollo, movimientos, las relaciones son distintas y nos permitía jugar con la cámara.

Y es verdad que nosotros trabajamos con dos cámaras y era muy curioso y divertido el trabajo de ballet con todo el equipo porque hay planos que se están rodando con dos cámaras, de repente un personaje sale y una cámara se va por un lado y está pasando casi en tiempo real, y cuando el otro personaje llega lo recoge por aquí, estableciéndose una coreografía difícil de hacer, pero que también da a la escena una continuidad que permite a los actores hacer una toma de cuatro minutos manteniendo la tensión; llega un momento en que si haces tomas muy fragmentadas es complicado mantener el raccord emocional.

Juanjo: Eran tomas muy largas y después, en el montaje, si por ejemplo teníamos cinco tomas, utilizábamos escenas de las cinco. Fue un montaje laborioso para aprovechar las mejores imágenes. Y la diferencia entre el bar y la casa fue una decisión consciente; en el bar es una situación más relajada, se acaban de conocer, están sentados y es más expositiva; en la casa la situación es distinta porque hay más crispación y ahí, Suso, cámara en mano, transmite la sensación e inconscientemente cala en el espectador. Sí que hicimos un juego con la cámara en mano y los planos fijos para acompañar los sentimientos de los personajes de manera sutil pues la cámara en mano no es muy exagerada, los planos fijos tienen algún leve movimiento, etc.

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Foto: Cosabona Films

En este tipo de películas el casting es fundamental. ¿Teníais pensados a los actores y actrices?

Juanjo: No. Cuando escribimos el guion no pensamos en actores, pensábamos en personajes. Y nos costó muchísimo, hicimos casting a muchos actores y actrices muy buenos y costó porque teníamos muy claros los personajes, pero no el intérprete.

Suso: Por ejemplo, con Macarena Gómez, ella era la que nos faltaba en ese momento. No acabábamos de encontrar la actriz para el personaje e incluso entre nosotros teníamos confusión con el personaje de Mia, pues cada uno la veía de una forma, era el único personaje que no lo veíamos exactamente igual. Y Luis Miguel Seguí dijo: «Yo le puedo decir algo a Macarena». Y claro, a Macarena no le puedes hacer pruebas porque es una actriz ya… Entonces hablando con Luis Miguel, que estaba en Los Ángeles, y Macarena en Barcelona, a través de Skype, hicieron una escena; y Juanjo y yo, al minuto uno, ya sabíamos que Macarena era Mia porque ese personaje tiene algo especial, no era una chica corriente. Y Macarena tiene una áurea especial, muy original, y la clavó, tiene ese punto de comedia, en la forma de hablar…

Además se incorporó a la producción.

Juanjo: Sí, sí, después. Ha sido importante para el final de la película, para poder acabarla bien y, ahora, que la gente pueda acceder a la película. Se ha implicado mucho en la película y confía mucho en ella. Le gustó el guion y es un tipo de comedia que ella no está acostumbrada a hacer pues era la primera vez que le ofrecían una comedia así y estaba encantada con el personaje y el tipo de proyecto que era. Estamos muy agradecidos.

Y también era importante la química. Muchas veces nos gustaban actores tal y como lo hacían pero era importante que hubiera esa química cuando estaban juntos. Y eso nos pasó con los cuatro de la película. Seguro que otros lo hubieran hecho muy bien, pero pensamos en que todo cuadrara.

¿Cómo es hacer cine desde Valencia?

Juanjo: Es complicado, pero se puede. Ahora hay una apuesta por intentar sacar varios proyectos al año adelante, está À Punt que es importante para que esos proyectos se puedan levantar. Seguimos teniendo problemas para encontrar colaboraciones de fuera o alianzas potentes que confíen más en nosotros. Cuesta pero, por ejemplo, el año pasado fue muy potente con La inocencia, La banda, Vivir dos veces, Asamblea, etc. Y Amor en polvo, no lo olvidemos. Hemos estado en festivales, nosotros fuimos a Cinequest que es uno de los festivales más importantes de EE.UU.

Y se va a hacer un remake de Amor en polvo.

Juanjo: Sí, una productora alemana compró los derechos y están ya montando el remake y si no hubiera sido por el Covid estarían ya rodando. Es lo que hemos hablado, son temas universales que se pueden adaptar al humor alemán y tienen algún actor importante para hacer un proyecto potente en Alemania para el año que viene.

Suso: El titular sería que en los últimos años ha habido un cambio en Valencia en el que cada vez contamos con películas mejores y ahora depende del trabajo que podamos hacer y la lucha para conseguir los medios que necesitamos.

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Foto: Luis Tormo

¿Y futuros proyectos?

Suso: Yo estoy escribiendo un guion de largometraje con Vicent Gavara que ha tenido una ayuda para guion y ahora estoy con un proyecto de circo que se llama Savethetemazo.org, donde somos una ONG que se dedica a salvar temazos por el mundo.

Juanjo: Y yo estoy, bueno, también estamos los dos, en Buitres, que es un proyecto que tengo con otro guionista, Rafa Ferrero, con un guion que es una mezcla de Misterioso asesinato en Manhattan, Fargo y un poquito de Parásitos. Una mezcla muy potente que tenemos desde hace tiempo y que me gustaría fuera nuestra segunda película; y como guionista tengo una serie también con María Mínguez.

Escribe Luis Tormo

Artículo publicado originalmente en Encadenados

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