… más polvo enamorado
Amor en polvo supone el debut en la pantalla grande de los valencianos Suso Imbernón y Juanjo Moscardó con una comedia generacional basada en una reflexión sobre el intercambio de parejas. Pablo (Enrique Arce) y Blanca (Lorena López) son una pareja en plena crisis sentimental y que deciden poner en práctico el intercambio con otra pareja de amigos con el objetivo de añadir algo de incentivo a una vida sexual que afronta el desgaste del paso del tiempo.
Según sus directores una referencia externa a la hora de plantear el tono del filme ha sido el movimiento mumblecore. Un subgénero del cine indie que se caracteriza por la profusión de diálogos, el juego entre drama y comedia y la naturalidad de la puesta en escena adaptada a los bajos presupuestos y que podemos ver en las películas de directores como Bujalski, los hermanos Duplass o Noah Baumbach entre otros; aunque como veremos más adelante el filme tiene más que ver con una comedia clásica en la que se introducen los referentes generacionales asociados a la crisis de los 40.
La estructura del filme responde a dos bloques que discurren de manera paralela en torno a ambas parejas. Pablo y Blanca representan la pareja venida a menos, con enfrentamientos continuos y donde es fácil pasar de la risa a la discusión. La posibilidad de realizar el intercambio, propuesto por ella, pretende acallar los ecos de la crisis sentimental pero no oculta una ruptura anunciada. Frente a ellos, Mia (Macarena Gómez, la actriz que en este caso también se involucra en la producción del filme) y Lucas (Luis Miguel Seguí), la pareja para el intercambio, se acaban de conocer por primera vez y solo tienen el nexo común de que ambos son amigos de Pablo y Blanca.
Dos formas de entender las relaciones, desde la rutina que provoca el paso del tiempo o desde la excitación del comienzo de una relación.

Diálogos ágiles y réplicas ingeniosas en las que el guion va presentando a unos personajes que muestran su cara exterior irónica para, conforme avanza el relato, dejar ver sus dobleces, sus miedos y sus inseguridades.
El intercambio de parejas que articula el eje central de la película termina siendo la coartada para plantear una reflexión sobre las relaciones afectivas, sobre la necesidad de establecer lazos de unión con las personas que tenemos alrededor. El sexo es importante pero lo que al final realmente importa es averiguar cuál es el vínculo que establecemos con las personas que significan algo en nuestras vidas.
Los cuatro personajes permiten exponer un amplio abanico de posibilidades a la hora de abordar las relaciones y ninguna de ellas parece sencilla. Tras la aparente seguridad de todos ellos se esconde la incertidumbre ante la elección efectuada. Pablo no es partidario del intercambio pero se deja arrastrar por Blanca con el simple objetivo de mantener su relación, Blanca propone el intercambio aunque en el fondo lo que quiere es recuperar las sensaciones pasadas perdidas por el automatismo de su relación con Pablo pero esconde algún secreto. Mia y Lucas, que no tienen una pareja afectiva, y donde los dos parece que apuestan por la independencia (Mia es guía de viajes, Lucas trabaja en Londres), inmediatamente cambian de idea tras conocerse.
Conforme avanza el filme se manifiesta la dificultad que supone el reto de afrontar la relación sentimental. Caen los estereotipos y las etiquetas que al final constituyen meramente el ropaje externo bajo el que aparece la consciencia de la imposibilidad de ser feliz. Unos porque llevan tiempo y van certificando el efecto rutinario del paso del tiempo y otros porque sienten el miedo al cambio de una situación en la que creen estar a salvo.
Siempre dentro de la comedia propiciada por la lucha de sexos y algún giro de guión que termina por imbricar a todos los personajes, aflora una veta dramática con ligeros apuntes sobre la frustración de los sueños que no se cumplen. Pablo es un perdedor en toda regla, arqueólogo, cuarentón, sin trabajo, dependiendo de becas que ahora únicamente salen en el exterior y malviviendo con clases particulares. Blanca, la que aporta el salario, no escapa a una situación laboral injusta en la que se premia a un hombre frente a ella. Mia no acabó la carrera y Lucas trabaja fuera de España.

El guión, a cargo de Juanjo Moscardó Rius, María Laura Gargarella y María Mínguez, pone el acento en la visión femenina siendo los personajes de Blanca y Mia los que se plantean el dilema o el futuro de las relaciones frente a la pasividad o torpeza de la parte masculina (Pablo se encierra en el váter cada vez que tiene un problema). Un texto que resalta también las contradicciones de las relaciones: plantean un intercambio pero surgen los celos, están enamorados pero no saben cómo resolverlo, parecen parejas modernas pero en realidad arrastran los tics de su educación generacional.
Amor en polvo termina siendo una comedia fresca y dinámica que se acerca al modelo clásico, con un final amable y en el que se opta por una solución salomónica que indulta a todos los protagonistas y que evita juzgar o etiquetar sus actuaciones.
En un filme basado en el diálogo y con dos escenarios como únicas localizaciones (el piso de Pablo y Blanca y el bar donde se conocen Mia y Lucas), salvo unos planos al principio y al final en exteriores, el casting debe ser solvente para mantener la naturalidad y el ritmo, y los cuatro protagonistas resuelven de manera eficaz el reto; protagonistas al que hay que añadir el personaje secundario que encarna Xavi Castillo en la mejor tradición de la comedia clásica (ese barman que irrumpe en escena de vez en cuando).
Tras un recorrido por festivales la película pospuso su estreno en salas de cine por la crisis del Covid-19 aunque la universalidad de sus temas y el tono de comedia comprensible para cualquier público ha hecho que su trayectoria internacional sea prometedora, siendo finalista al Launch Pad from The Traking Board, uno de los premios de guion con mayor repercusión de EEUU, y ya se apunta que una productora alemana va a realizar un remake del filme.
Escribe Luis Tormo
Título: Amor en polvo
País y año: España, 2019
Duración: 79 minutos
Dirección: Suso Imbernón y Juanjo Moscardó
Guion: Juanjo Moscardó, María Mínguez y María Laura Gargarella
Música: Nacho Martín
Fotografía: Guillem Oliver
Reparto: Enrique Arce, Macarena Gómez, Luis Miguel Seguí, Lorena López, Xavi Castillo
Productora: Cosabona Films, Cilantro Films, Juanjo Moscardó Rius, Nadie es perfecto
Distribuidora: Begin Again Films
Fecha de estreno: 24 de julio de 2020
Artículo publicado originalmente en Encadenados