33 rpm, 33 minutos, infinitas sensaciones
Ah, se ela soubesse Ah, si tan solo supiera
Que quando ela passa que cuando ella pasa
O mundo sorrindo el mundo sonriendo
Se enche de graça se llena de gracia
E fica mais lindo y se vuelve más hermoso
Por causa do amor por causa del amor
Garota de Ipanema, letra de Vinicius de Moraes y música de Antonio Carlos Jobim
El triunfo de un disco, o más bien el que éste adquiera una categoría mítica, tiene que ver sobre todo con la calidad artística pero también con una determinada conjunción de elementos que terminan encajando para fraguar una obra de arte inconmensurable. Viene este comentario a colación del disco Getz / Gilberto (Verve Records, 1964).
A mediados de los años 50 del pasado siglo surgió el movimiento musical que posteriormente se denominaría Bossa Nova, una mezcla del jazz y la samba, en la que una serie de jóvenes de clase media, con base en la ciudad de Rio de Janeiro, comenzaron a elaborar una serie de composiciones que partiendo de la música tradicional brasileña se adaptaba al lenguaje del jazz. El movimiento tuvo incluso se repercusión a través del cine debido al éxito de Orfeo negro, la película dirigida por Marcel Camús, en la que aparecían dos temas que se internacionalizaron con rapidez, Manhã de Carnaval de Luis Bonfá y A Felicidade, una composición de Antonio Carlos Jobim con letra de Vinicius de Moraes.
Jobim, Moraes, Carlos Lyra y muchos otros nombres sentaron las bases rítmicas y textuales de la bossa nova entre los que sobresalió sobre todo Joao Gilberto,. Gilberto, con una voz susurrante y su forma peculiar de tocar la guitarra, fue la cabeza de este movimiento cuando, junto a Moraes y Jobim, crearon piezas como Chega de saudade.
La bossa nova fue una revolución musical aferrada a su lugar de nacimiento, Brasil. A principio no salió más allá de sus fronteras y hubo que esperar a que el jazz se acercara a ella para que se produjera su internalización. El uso de la melodía evolucionado de la samba, el peso de la música frente al texto y cierta rebeldía asociada a la juventud de sus intérpretes favoreció que fuera el jazz el aliado natural para difundir este movimiento musical.

En el proceso de difusión internacional tuvo mucho que ver Stan Getz. El saxofonista norteamericano durante los años 50 compaginó la grabación de discos y giras con sus problemas de adicción a las drogas. Tras frecuentes estancias en Suecia y Dinamarca, cuando volvió a los EE.UU. vio como su figura había mermado frente a otros músicos como John Coltrane. En 1961 grabó Focus, un disco en el que el sonido de las cuerdas acompañaba su saxo tenor y que lo devolvió a la primera fila del jazz. Tras este éxito, el siguiente paso que daría sería comenzar su relación con los nuevos ritmos que venían de Brasil.
El primer paso fue de la mano del guitarrista de jazz Charlie Byrd, el cual dio a conocer a Getz el sonido de la bossa nova, grabando en 1962 el disco Jazz Samba que constituyó un gran éxito comercial y en el que se incluía la composición Desafinado de Antonio Carlos Jobim. La guitarra de Byrd y el saxo de Getz se adaptaron perfectamente a las composiciones melancólicas de Jobim, Baden Powell o Barroso.
Pero fue Stan Getz, un año después, colaborando con los propios autores brasileños cuando consiguieron gestar un disco universal que se popularizó en todo el mundo. Todo comenzó cuando el productor Creed Taylor, creador del sello Impulse Records, reunió a Stan Getz, Gilberto y Jobim para grabar en Nueva York un disco el 18 y 19 de marzo de 1963.

Aunque el disco se titula Getz/Gilberto la fuerza del mismo depende del triángulo que forman Getz, Gilberto y Jobim, autor de la música de algunos de los temas más destacados y arreglista del disco. Tommy Williams, bajo, y Milton Banana, batería, completan la nómina de músicos.
Joao Gilberto llegó a la grabación acompañado de su mujer, Astrud Gilberto. Astrud era una funcionaria brasileña a la que Joao había conocida en una fiesta de Vinicius de Moraes, letrista, músico y diplomático. Getz sugirió que para aportar un aspecto más comercial al disco sería adecuado que Gilberto cantara parte de sus canciones en inglés; el guitarrista brasileño lo intentó pero su nivel de inglés imposibilitó incorporar su versión.
Stan Getz propuso entonces que cantara Astrud que sí hablaba inglés, pero Joao Gilberto se mostró reticente aludiendo al hecho de que su mujer no era cantante; sin embargo Getz, conocido también por su carácter un tanto especial, insistió y el resultado final fue que la voz de Astrud Gilberto apareció en The girl from Ipanema y Corcovado, convirtiéndola en una estrella internacional.
El disco, con apenas una duración de 33 minutos está formado por ocho temas –seis de los cuales llevan la firma de Jobim en la composición musical- comenzando por la celebérrima The girl from Ipanema, un auténtico éxito que desbordó las propias listas de jazz para triunfar en todo el mundo. El disco incluye Desafinado, la réplica de los autores brasileños a las críticas de que Gilberto desafinada al cantar, así como otros clásicos como Corcovado o Só Danço Samba.
La combinación, fusión, de la melancolía de la bossa nova con la guitarra y la voz susurrante de Gilberto con la sensibilidad del saxo tenor de Stan Getz, arropado por los discretos apuntes del piano de Jobim, da lugar a una música que todavía sorprende después de más de medio siglo de haber sido grabada.

El sexo tenor de Getz se adapta a las baladas y al tono íntimo de la melodía de tal forma que termina destacando la calidaz de los temas a través de una grabación que incorpora un magnífico sonido –algo usual en las grabaciones del sello Verve- que permite seguir al detalle los solos del saxofonista norteamericano.
La publicación del disco tuvo una repercusión comercial enorme y terminó ganando dos premios Grammy en el año 1965: mejor álbum y mejor single. Getz/Gilberto puso de relieve la unión entre el jazz y a la bossa nova.
Stan Getz todavía seguiría ahondando en estos sonidos popularizados como jazz latino a través de diferentes trabajos con Laurindo Almeida o Luis Bonfá. Los nombres de Antonio Carlos Jobim, Joao Gilberto o Vinicius de Moraes se harían universales como representantes del sonido de la bossa nova y, a su vez, servirían de inspiración a toda una nueva generación de músicos brasileños que actualizaron ese sonido a lo que se llamó el Tropicalismo: Caetano Veloso, Gilberto Gil o Jorge Ben.
Listado de temas
1. The Girl from Ipanema (Antônio Carlos Jobim, Vinicius de Moraes, Norman Gimbel)
2. Doralice (Antônio Almeida, Dorival Caymmi)
3. Para Machucar Meu Coração (Ary Barroso)
4. Desafinado (Antônio Carlos Jobim, Newton Mendonça)
5. Corcovado (Quiet Nights of Quiet Stars) (Antônio Carlos Jobim, Gene Lees)
6. Só Danço Samba (Antônio Carlos Jobim, Vinicius de Moraes)
7. O Grande Amor (Antônio Carlos Jobim, Vinicius de Moraes)
8. Vivo Sonhando (Antônio Carlos Jobim)
En 2014 se editó una versión que añadía las versiones singles de The Girl from Ipanema y Corcovado
Stan Getz – saxo tenor
João Gilberto – guitarra, voz
Antônio Carlos Jobim – piano
Sebastião Neto – bajo
Milton Banana – batería
Astrud Gilberto – voz en The Girl from Ipanema y Corcovado
Escribe Luis Tormo