La coexistencia de diferentes redes sociales tiene sentido cuando en cada plataforma, tanto los usuarios o empresas que generan contenidos como aquel que los recibe, encuentran un sentido diferenciado que justifica el coste económico, o el tiempo personal, que supone intervenir en Facebook, Twitter o cualquier otra red social de las muchas que pueblan el universo de internet.
La experiencia que aporta Facebook como usuario final (relaciones personales, acceso de información) o como empresa que quiera plantear una estrategia de marketing (publicidad, fidelización, comercio electrónico) son muy diferentes a lo que podemos encontrar en Twitter pues aunque busquemos en ambas objetivos similares, la forma de acceder a los contenidos o la manera de plantear una estrategia de empresa varía en Twitter respecto a la red social lanzada por Zuckerberg. La limitación de caracteres, la visibilidad, la inmediatez, la capacidad de generar contenido agrupado por los hastagso la posibilidad de generar información, transmitirlo o simplemente ser receptor de los mismos, ya aporta a Twitter un carácter diferenciador.
Igualmente ocurre con el resto de ejemplos que queramos ir planteando. YouTube para los vídeos, Flickr para las fotografías o Linkedin para las relaciones estrictamente relacionadas con el mundo laboral. Es cierto que dentro de estas especialidades puede darse, y de hecho se dan, la coexistencia de diferentes plataformas con una misma finalidad.
Junto a Flickr tenemos Picassa, podemos incorporar videos en YouTube o también en Vimeo, por citar las más conocidas, pero en la mayoría de los casos, los usuarios terminan definiéndose por una u otra, o por la automatización de un contenido en diferentes lugares, pero al final, siempre hay una decisión en cuanto a la elección que hace bascular la balanza hacia un soporte u otro: capacidad, facilidad de la herramienta, sociabilidad, y en aquellos usuarios que se decidan por un perfil pro, el coste económico.
Esta reflexión viene a cuento por la extensión de Google + hacia las páginas de empresas que se pudo hacer efectiva desde ayer. Los datos de Google +, como todos los Google, son apabullantes y parece que esta nueva red social está consiguiendo mantenerse donde otros lanzamientos de la misma empresa han fracasado, y valga como ejemplo el caso de Google Buzz que ha pasado a engrosar el listado del obituario de redes sociales. También es cierto que hemos leído ya datos que certifican que junto a ese crecimiento en progresión geométrica de Google +, también se está detectando que la creación de perfiles no va asociada a la actividad de los usuarios.
Y esa es la idea que queremos destacar: el nacimiento de una red social debe ir asociado a un espacio propio. O lo encuentra fruto de la novedad, Twiter, o lo encuentra fagocitando al competidor principal, veasé Facebook vs MySpace. La supervivencia está ligada por lo tanto a la capacidad de generar interés para usuarios o empresas.
Así, en España persiste una red social como Tuenti, con una estructura similar a Facebook, pero que tiene la capacidad de liderazgo en el perfil joven de sus usuarios. Esa especialidad que en Tuenti abarca entre los 14 años, pero que en la realidad comienza a los 12, y que llega hasta los 25 años, para disminuir bruscamente a partir de esa edad, es su tabla de salvación. Si comparamos la edad de los miembros de Facebook observamos que el número mayoritario de seguidores está comprendido en la franja entre 26 y 35 años, y muy seguido del bloque de más de 36 años, según datos The Cocktail Analysis de enero de 2010.
Y de momento, Google + no parece diferenciarse respecto a Facebook ni en la mostración de contenidos ni en el tipo de usuario por edad. Lógicamente en estos días próximos veremos el crecimiento exponencial de un sinfín de empresas que realizan su perfil profesional para captar usuarios o seguidores, pero la pregunta es ¿con qué estrategia? Porque de momento lo que prima es la duplicidad de contenidos en todos los lugares pensando que lo importante es “estar”; pero la reflexión adecuada sería no “estar” sino “cómo estar”. Bien de manera manual, bien de manera automática mediante software especializado, se puede observar como un mismo contenido se mueve por las redes sociales de la misma forma y muchas veces para el mismo público, lo que provoca un cansancio cercano al spam. Si hemos dicho que cada red social tiene una especificidad concreta no tiene sentido mostrar contenidos de la misma forma.
Y hay que tener en cuenta, además, que una mejor herramienta no siempre es la que triunfa. En este sentido Google + aporta elementos beneficiosos respecto a sus competidores entre los que podemos destacar una capacidad de carga de contenidos rápida y efectiva, una disposición de la privacidad más usable y una organización de los seguidores mediante círculos que permite, por ejemplo a las empresas, categorizar a sus seguidores por el rango que la propia empresa o entidad entienda más adecuada para su fidelización posterior, con lo cual los mensajes que se emitan pueden ser diferenciados para cada sector.
En definitiva, pasada la fiebre de publicar un perfil en todo aquello que huela a red social, se tendrá que ver la evolución de esa red social, que irá siempre en consonancia con la capacidad de generar simbiosis con el usuario, y sobre todo, que tipo de público se acerca, sigue o interactúa con cada una de ellas.