Coque Malla concierto en Valencia

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Vuelvo a la calle, vuelvo a mi hogar

La programación del ciclo de conciertos de ‘Sueña Valencia’, que se celebra durante el mes de mayo en el Claustro del Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia, se inauguró el pasado 3 de mayo con el concierto de Coque Malla.

En noviembre de 2023 el artista madrileño publicó el álbum, Aunque estemos muertos. Un disco en el que Coque Malla reflexiona sobre el paso del tiempo, desde un tono sombrío, pero a la vez, también esperanzado. Producido por José Nortes y el propio Coque Malla, estamos ante un trabajo de carácter conceptual donde el mensaje se esparce a través de los diez temas que conforman el álbum. Desde la publicación del disco, el cantante y compositor está presentando su música en directo acompañado de la banda con la que grabó el disco.

El concierto arrancó con los primeros acordes de Místico, el segundo corte de su último álbum, en el que la primera frase dice: “Yo ya no tengo 18 años/Pero puedo desnudarte el alma, ya ves”, un reconocimiento del paso del tiempo, pero también la constatación de que ese paso del tiempo confiere una experiencia, un conocimiento que supone un bagaje afortunado. Una afirmación que se puso de manifiesto desde el inicio con una banda contundente y un Coque Malla con una voz en perfecto estado de forma y dominando el escenario.

Un escenario, por cierto, pequeño, situado a baja altura –dificultaba la visión desde la parte de atrás del imponente claustro de San Miguel de los Reyes­– y con una pantalla ridícula que el propio Malla ironizó (“tenía una televisión en el año 1973 que la pantalla era más grande”). Bajo este hilo conductor, y marcado por la sobriedad escénica –basada en el juego de luces– Coque Malla siguió con Solo queda música, una canción habitualmente situada en la parte final del repertorio, pero que colocado al principio se convierte en una metáfora de que la música es como el alma, lo único que no se puede arrebatar, pareciendo anunciar lo que venía en los próximos minutos.

El saco de los sueños, con la introducción al piano de tono ochentero que recuerda a Supertramp, volvimos a la música más reciente de Coque Malla. Pero frente a anteriores conciertos donde el cantante madrileño interpretaba el último disco de un tirón, aquí el salto entre épocas fue constante. Así después le tocó el turno a Extraterrestre, el tema que alerta de la autocensura y de las redes sociales; una canción que luego completaría más adelante con la interpretación de Bla, bla, bla, un tema de su último álbum que incorpora una crítica sobre las habladurías y que interpretó con una venda negra sobre sus ojos. Con La Carta, y su monólogo introductorio, y Aunque estemos muertos, el concierto estaba ya encarrilado con un Coque Malla derrochando voz.

Tras Bla, bla, bla, siguió ¿Volvera?, un tema irresistible en su melodía que sirvió para presentar a los componentes de la banda: Amable Rodríguez, a la guitarra; Héctor Rojo, al bajo: Gabriel Marijuán, con la batería; y David Lads, a los teclados. Malla terminó maullando como gato con siete vidas.

No puedo vivir sin ti puso el primer toque emotivo del concierto, acreditado por el generalizado despliegue de móviles para captar el momento.Todo el mundo arde, sirvió para que la banda sonase en toda su potencia, acaparando el protagonismo con algunos solos; Coque Malla cerró el tema arrojando un confeti brillante.

Con el concierto ya absolutamente encarrilado y con el público cada vez más entregado, le tocó el turno a uno de los temas más redondos de su último álbum, Como los gatos salvajes, con un precioso juego de guitarras y coros, para enlazar con la imprescindible La señal, una canción incluida en su disco de 2016, El último hombre en la Tierra, que se ha hecho un hueco en la memoria colectiva de los seguidores del compositor madrileño.

Para los tres temas siguientes, Coque Malla explicó que se quedaba solo en el escenario para interpretar de forma acústica tres canciones. Comenzó con una emotiva y descarnada versión de Berlín, siguió con Hasta el final y termino esta parte con El último hombre en la Tierra, acompañado al piano por David Lads, y donde, poco a poco,se fueron incorporando el resto de la banda para terminar con un electrizante crescendo final. Antes mantuvo un diálogo con una parte del público que protestaba porque no les dejaban bailar –los conciertos de Sueña Valencia se desarrollan con todo el público sentado/encorsetado– a lo que Coque Malla respondió que por supuesto sí podían bailar.

De hecho, el baile se produjo de forma rotunda a partir de que sonara el clásico de Los Ronaldos, Adiós papa, seguido de Un lazo rojo, un agujero –el tema que grabara con el rapero Kase.O– con el que cerró el concierto con todo el público de pie, aplaudiendo e inundando los pasillos de acceso. El cantante agradeció la asistencia al público y conminó a los presentes a asistir al siguiente concierto  en Valencia dentro del ciclo de Nits de Vivers el próximo julio.

Tras los consabidos gritos y cantos del personal que quería prolongar el concierto, la banda regreso al escenario para tocar un incendiario Guárdalo; cerrando con una excelente y emotiva Te dejé marchar, con todo el público en pie.

Coque Malla ofrece un espectáculo rotundo, directo y honesto, con una potente banda que da vida a un conjunto de canciones que forman parte del patrimonio rockero de este país y donde las nuevas composiciones, que demuestran su evolución creativa, conviven con naturalidad con esos clásicos que comenzaron a forjarse a finales de los 80.

Escribe Luis Tormo

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