Entrevista con Dani de la Torre a propósito de Live is life

Live is life es la tercera película del director Dani de la Torre tras El desconocido (2015) y La sombra de la ley (2018); trabajos cinematográficos que compagina con la dirección de la serie La Unidad. Escrita por el novelista Albert Espinosa –que regresa a la ficción audiovisual tras éxitos como Planta 4ª o Pulseras rojas–, la cinta se ambienta en el verano de 1985 y cuenta la historia de cinco amigos que planean escaparse la noche de San Juan en busca de una flor mágica, la cual, según cuenta la leyenda, crece en lo alto de una montaña y puede hacer que los deseos se hagan realidad.

La película es una producción de Atresmedia Cine, 4Cats Pictures y Live is Life AIE y su distribución corre a cargo de Warner Bros Pictures España que estrena la película en salas de cine el 3 de junio de 2022.

Dentro de la iniciativa de los Preestrenos del Festival Antonio Ferrandis hemos contado con la presencia de su director, Dani de la Torre, con quien hemos conversado sobre todos los aspectos de su último trabajo para la pantalla grande.

Entrevista con Dani de la Torre

¿Cuál es el origen del proyecto y cómo te involucras en la dirección de Live is life?

El guion me lo envía Mercedes Gamero de Atresmedia Cine, era un guion de Albert Espinosa que ellos tenían y me lo mandó para ver si me interesaba la historia. La historia me gustaba pero no me veía dirigiendo porque yo vengo de otro lugar, del thriller, es otro estilo.

Pero ocurrió una cosa en mi vida y es que mi madre se pone enferma, después de que me pasaran el guion, y falleció dos meses después de cáncer. Durante ese tiempo que estuvo en el hospital hablamos mucho, de los proyectos que me enviaban… Y le conté que tenía el guion de Albert Espinosa y me dijo: “Haz esa película”.

Y la verdad es que me vino muy bien porque cambié de registro. Es una película compleja con cinco chavales que no habían hecho nada y por lo tanto no la puedes sustentar sobre Luis Tosar u otra persona, si no tienen química no funciona la historia. Pero fue un reto bonito. Y también lo fue volver a mi adolescencia en Galicia; me hizo conectar con lo que dejé allí, y volver a ese lugar me hizo darme cuenta de muchas cosas a nivel personal. Fue como una especie de epifanía personal. Me hizo mucho bien esta película.

La película está repleta de referencias a los años 80 como el programa Un, dos, tres o los chistes de Eugenio…

Cosas como el walkman, los viajes larguísimos de Barcelona a Galicia, el teléfono de rueda, el estar con la bicicleta todo el día hasta la noche sin que nadie te llamase sin tener esa preocupación de saber dónde estamos, volver a juntarte con amigos que cada uno viene de un lado… Es el dejarte llevar, esa seguridad, quizá por ignorancia, porque ahora tenemos una sobreexposición de noticias, de información. En esa época éramos más naíf, más ignorantes, pero creo que también más felices.

El guion de Albert Espinosa recoge los temas habituales suyos. ¿Cómo te lo has llevado a tu terreno? ¿Quizá empezando ya con ese traslado a tu Galicia natal?

Esa fue una de las premisas del trato. Cuando hablo con Albert le dije que esta historia me la tenía que llevar a mi terreno. Él tiene un código propio, un mundo como muy happy, y yo no. Yo soy mucho más oscuro, aunque me gusta que los personajes tengan luz, pero soy más cortante, más sarcástico, él busca más la bondad…

Lo que hemos intentado es lograr el equilibrio en la historia, que siga siendo una historia suya pero contada por mí y que también se vea que es una historia mía. El poder llevármela a mi tierra, con mis vivencias, con mis recuerdos, hace que la historia tenga más arraigo. Fue un acuerdo entre los dos.

En la primera escena antes de los títulos iníciales ya marcas tu estilo con esa persecución del protagonista.

Tenemos un estilo y ese estilo lo llevamos a todas las cosas. Y si hay algo característico de los 80 es que íbamos corriendo a todos lados; al colegio, a la salida del colegio, a entrenar, cuando quedábamos con los colegas o escapar de alguien. Esa es una de las características que tiene la película, se pasan la vida escapando, y yo quería reflejarlo en la película.

Ese viaje iniciático, que aquí son unas horas, lo trasladas al código de cine de aventuras.

Sí. Al fin y al cabo es una película de aventuras aunque haya ese tema dramático de un chaval. Lo que hacíamos en mi época es que cuando algún amigo sufría una tragedia intentábamos normalizar las cosas, le quitábamos importancia para no caer en el drama, para que esa persona estuviera cómoda, que estuviera tranquila, que no sintiera que está enfermo o que ha perdido algo o alguien.
La pandilla funciona como un clan, y por el bien de quien sufre, hay más aventura, hay más juego, más riesgo. Ellos mismos al saber que hay un chaval que lo está pasando mal intentan añadir aventura y diversión al viaje.

En ese tránsito que realizan los personajes desde la inocencia al mundo adulto por los problemas que sufren algunos personajes, hay una confianza en el valor de la amistad, una especie de concienciación de que están solos frente al mundo.

Efectivamente, unos necesitan de los otros. Estando juntos son más fuertes. El valor de la amistad en los adolescentes es más espiritual, es algo muy intenso, y todo lo que pueda pasar dentro de relación se vive con esa intensidad; un enfado, un reto, una meta se vive con mucha fuerza y ahí es donde se forjan las grandes amistades. La amistad es un valor maravilloso y estos chicos, al vivir el problema de uno de ellos, ese círculo se estrecha aun más; si uno cae, caen todos.

Dani de la Torre con los cinco protagonistas. Foto: Manu Suárez/Warner Bros Pictures España

En este tipo de películas es importante el casting, lo comentabas tú antes. ¿Fue difícil encontrar este grupo? ¿Costó encontrar esa química entre todos?

Nos constó. Primero la selección entre más de mil chavales y ahí Eva Leire y Yolanda Serrano, las directoras de casting, tuvieron un trabajo muy potente. Y luego cuando teníamos los cinco escogidos nos los llevamos a una casa rural en Galicia para que convivieran juntos, haciendo todo tipo de actividades, tipo campamento, con bicis de los 80 ¡qué pesan más que las de ahora! De esta forma empezaron a conectar entre ellos y fue ahí donde vi la química que había entre ellos y el rodaje fue maravilloso.

La película tiene referencias a los años 80 y conexiones con películas como Los Goonies, Cuenta Conmigo o el cine de Spielberg…

Creo que es un poco una recopilación de ese cine. Los directores también somos, lo primero, espectadores, y al final llevamos dentro un ADN de cine. De tal forma que cuando cuentas algo, eso sale inconscientemente. Y quizá también que todos los referentes que tenemos de cine de aventuras son americanos, salvo Verano azul no tenemos más ejemplos. Ahora que hay un revival con títulos como Strangers things o It te dan esas referencias o las películas de Los cinco.
En el cine español nos falta esa conexión porque nosotros, como los niños americanos, también íbamos en bici, no escapábamos de payasos asesinos pero sí de algún señor cuando hacíamos alguna gamberrada. Al final tenemos adolescencias comunes y en los 80 hubo un boom de cultura americana y en la película hay un homenaje a Top Gun porque fue una película que nos marcó en ese momento.

Cada vez es más complicado para el cine español encontrar un hueco en la cartelera.

Mucho. Se ha dejado de ir al cine. Entre la pandemia y las plataformas ya no se va al cine. La gente va para ver la película de Marvel o cuatro o cinco películas puntuales, pero lo que es la clase media de cine español ya no se ve, hay géneros que ya no se estrenan. Tenemos comedia, algo de terror y el drama de festivales, pero el cine comercial que estábamos acostumbrados a ver, ahora está en plataformas. ¿Qué le podemos ofrecer al espectador para que vuelva? Es complicado. Quizá abordar nuevos géneros o darles historias que no se hayan contado o se cuenten de forma diferente.

Esta película está rodada con pantalla ancha, con paisajes, buena fotografía y música que parece un producto para degustar en cine.

Sí, 2:35. Es una película para disfrutar en cine. Abre mucho, la fotografía, la música, los paisajes se disfrutan en cine, en una pantalla pequeña se pierde parte de todo eso. Mi manera de entender el cine siempre ha sido como espectáculo, el thriller como aventura, y creo que esta película, desde el punto de vista de la puesta en escena se aprecia mejor en el cine.

Y ya para terminar ¿algún proyecto que nos puedas contar?

En agosto empiezo a rodar la tercera temporada de La unidad –la serie de Movistar– que se rodará entre Madrid, Pakistán y Almería, que va sobre los últimos cinco días del desalojo de las embajadas en Kabul.

Y luego tengo una serie que estoy escribiendo con el guionista de La unidad, Alberto Marini; con Nacho Carretero, periodista de El País y autor de Fariña; y el periodista Arturo Lezcano, que trata sobre el crimen organizado en Marbella, también para Movistar, que la rodaré el año que viene.

Escribe Luis Tormo

Entrevista con Dani de la Torre

Artículo publicado originalmente en Encadenados

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