Anna, en el interior de la provincia de Valencia, es conocida por el paraje natural de la laguna y su entorno acuífero que se encuentra en la cercanía de la población. Sin embargo es menos conocido el Palacio de los Condes de Cervellón, una regia edificación asentada sobre un castillo del siglo XII que sufrió a lo largo de los siglos numerosas transformaciones.
Desde sus orígenes almohades, pasó por diferentes dueños como la Orden de Santiago o la familia Borja, hasta que en el siglo XVII fue adquirido por los Condes de Cervellón y posteriormente por la familia Trenor. La propiedad pasó al Ayuntamiento de Anna en 1987 y en el año 2001 fue declarado Bien de Interés Cultural.
A partir del año 2000 se realizaron diferentes reformas completándose la restauración arquitectónica y la ornamentación islámica en la que participaron artesanos musulmanes que han terminado dando el aspecto actual que ahora podemos contemplar. Una restauración completa dado que el edificio original se encontraba muy deteriorado; en esta restauración el edifico alberga el Centro de Difusión Patrimonial, compuesto por los Museos de Etnología y del Agua.
Para realizar la visita es necesario contactar con la Tourist Info / Oficina de Turismo ya que solo se puede acceder al Palacio mediante la modalidad de vista privada. Toda la información está disponible al final de este artículo.
Exteriormente el palacio es un edificio monumental recio derivado de su origen como castillo en el siglo XVII. El cuerpo principal está formado por tres pisos y un torreón, la imagen externa viene definida por los sillares tallados de piedra caliza en los que se aprecia la porosidad típica de la zona.
La organización del espacio distingue claramente la parte musulmana de la cristiana. La visita comienza por la puerta enrejada tras la que, dejando el patio exterior, accedemos por las antiguas caballerizas al sótano, la parte más antigua que se conserva. Tras descender por unos escalones, se accede al aljibe, una sala rectangular rematada con una bóveda de cañón que actualmente alberga el Museo del Agua; dicho museo está formado por unos paneles en los que se explica la importancia del agua para el municipio a lo largo de su historia.
Tras volver a la parte superior, en el espacio en el que se encontraban las caballerizas se ubica el Museo de Etnología formado por piezas aportadas por los propios vecinos y que recoge instrumentos de labranza, muebles, artículos decorativos y utensilios domésticos de la vida cotidiana.
En medio del palacio encontramos el patio rectangular de inspiración musulmana y el acceso a la Sala Árabe. Esta parte es la más sorprendente para las personas que visitan el monumento porque se puede apreciar el trabajo realizado para reproducir el arte musulmán. Las fuentes y el estanque rectangular con surtidores, la vegetación y la decoración geométrica son protagonistas de un patio que nos introduce en lo que debió ser la época de esplendor almohade.
Desde el patio se accede a la gran Sala Árabe. El lateral de acceso es una gran cristalera y el lado opuesto es un gran ventanal compuesto de arcos y columnas desde el que se aprecia el paisaje con el barranco y el río Sellent como protagonista. Una escalera conduce a una sala más pequeña, tras atravesar una gran puerta corrediza, de forma trapezoidal con una fuente y una decoración que cubre sus paredes y techos.
En este espacio se puede apreciar y comprender el trabajo de la decoración islámica realizado por los artesanos venidos de Marruecos y Túnez: artesonado tallado y pintado a mano, azulejos con la decoración geométrica simétrica, la fuente y una gran lámpara, las ventanas con vidrieras de colores y el suelo de mármol, completado con los muebles y los jarrones.
Tras la visita de estas estancias se continua, desde el patio exterior, con la zona correspondiente a la época cristiana, que ofrece el contraste con la parte anterior y en la cual se refleja la evolución histórica del edificio. En la planta baja se encuentra la Sala Borja en la que podemos apreciar las bóvedas de crucería de la capilla de Santa Ana en la que se reprodujo un retablo renacentista compuesto de dos cuerpos y tres calles con pinturas sobre tabla al estilo de Juan de Juanes.
En el primer piso, en la sala de los Condes de Cervellón, destaca el uso de los mármoles y la ornamentación barroca (molduras, muebles, cuadros). Al fondo de la sala, la recreación barroca se remata con remata con un lienzo que ilustra una leyenda de los condes de Cervellón que reproduce una escena de cacería en colores muy vivos.
El valor actual del Palacio de Cervellón consiste en poder contemplar la evolución histórica del edificio recreando los tres ambientes artísticos: islámico, renacentista y barroco. La impresión de la reconstrucción es evidente pero también es cierto que el estado original del edificio era ruinoso por lo que una actuación de estas características permite que el visitante pueda vislumbrar el aspecto original.
La rehabilitación cuidó los aspectos historicistas y es indudable que el Palacio se ha convertido en un recurso turístico de primer orden –que complementa el patrimonio natural de la Canal de Navarrés– apostando por un turismo cultural.
¿Cómo realizar la visita?
Palacio de los Condes de Cervellón
Plaza Alameda, 5
Anna
Valencia
La visita al Palacio debe realizarse concertando cita previa pues únicamente se accede al interior mediante la visita guiada con grupos de 10 personas –aunque en fechas señaladas el aforo de las visitas se incrementa–.
La visita tiene un coste de 4 euros por adulto y 1 euro para los niños de edades comprendidas entre los 4 y los 12 años; para los menores de 4 años el acceso es gratuito.
Toda la información está disponible en la página web del Ayuntamiento de Anna.
Escribe Luis Tormo