El Museo de Bellas Artes de Valencia, también conocido como San Pío V por su ubicación en el antiguo colegio del mismo nombre, constituye un punto álgido dentro de la oferta museística de nuestra ciudad. La pinacoteca valenciana está considerada la segunda de España, en fondos, y en sus salas destaca la colección de primitivos valencianos que descubre la riqueza del gótico de los siglos XIV y XV.

Por si el conjunto de la obra pictórica no fuese suficiente aliciente, queremos destacar que el interior del Museo esconde desde el año 2007 una obra arquitectónica de vital importancia: el patio del palacio del Embajador Vich.
Jerónimo Vich desempeñó su cargo como embajador del rey Fernando el Católico y de Carlos I, en Roma entre los años 1507 y 1516, un periodo floreciente para el arte renacentista y que causó una profunda impresión en el Embajador que por su cargo tuvo acceso a la vida artística de la época, de tal forma que cuando se planteó su retorno a Valencia, decidió remodelar su palacio al nuevo gusto imperante en Roma. De tal forma que esa adaptación ya tuvo en cuenta la nueva corriente tanto en el diseño del edificio como en el uso de materiales originales (mármol de Carrara).

Tenemos que situarnos en el momento histórico para valorar la importancia de un hecho de estas características pues este tipo de iniciativas, al igual que ocurría con la importación de obras pictóricas o con el trabajo de artistas de la tierra que viajaron a otros lugares o artistas foráneos que vinieron para trabajar bajo las diferentes políticas de mecenazgo, servían para ir conociendo e implantando las nuevas tendencias. El impacto de una obra basada en el canon renacentista en un entorno artístico imbuido en el estilo gótico tuvo que ser enorme.
En el año 1859 el palacio del Embajador Vich fue vendido y desmontado y un año más tarde el palacio fue demolido. Los diferentes elementos que pudieron salvarse quedaron al amparo de la Real Academia de San Carlos de Valencia, y tras diferentes avatares, unas piezas del patio terminaron en la sede del Museo de Bellas Artes y otras, como los arcos y las columnas, quedaron en el convento del Carmen.
La identificación de los restos ubicados en el San Pio V en 1998 abrió la posibilidad de una reconstrucción del patio pues se contaba con casi la totalidad de las piezas. El profesor Fernando Benito Doménech, director del Museo de Bellas Artes, se encargó de la dirección científica en un trabajo recopilatorio de investigación que serviría de base para la posterior ejecución de la reconstrucción del patio dirigida por el arquitecto Salvador Vila.
Fuente bibliográfica:
El patio del palacio del Embajador Vich. Elementos para su recuperación. Museo de Bellas Artes de Valencia, Valencia, 2000.
El patio del palacio del Embajador Vich. Un monumento recuperado. Museo de Bellas Artes, Valencia.
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