La importancia que internet está adquiriendo en nuestra sociedad se refleja en grandes cifras como puede ser el número de usuarios de internet en España, las conexiones en hogares o empresas, el uso de la banda ancha o cualquier otro parámetro medible, pero también se va constatando en pequeños detalles que van apareciendo en diferentes publicaciones o estudios de una manera más encubierta.

Creo que un dato significativo pues, primero, supone que al margen de la elección del destino y la necesidad de que el alojamiento sea compatible con los niños, el hecho de contar con internet empieza a ser un factor de peso en la toma de decisiones a la era de la elección final.
Y en segundo lugar, el uso de internet como componente de entretenimiento familiar se sitúa en una utilización similar a la televisión o las consolas (a las que el portátil va fagocitando), y por lo tanto nos está indicando el nivel de simbiosis que internet está adquiriendo en relación con el entorno familiar.
Es por ello que para los establecimientos turísticos se amplía las actuaciones y las estrategias que permitan la conexión a internet (en habitaciones, espacios comunes, áreas wifi, etc.) pues parece que ya no es un servicio que pueda ser catalogado como complementario o asociado a etiquetas como calidad o lujo. Y lo que es más importante, el turista empieza a considerar que el acceso a internet debería formar parte de los servicios básicos que un establecimiento pone a disposición de sus clientes, al mismo nivel que la televisión o el aire acondicionado.