Progresión imparable
En el año 1977 Supertramp editó su quinto álbum. Tras el lanzamiento de Crisis? What Crisis?, un álbum que tuvo una acogida un tanto más moderada –especialmente si lo comparamos con el exitoso Crime of the Century–, el grupo se propuso consolidar su carrera con un nuevo trabajo más ambicioso. Para su quinto disco, la banda británica asumió la producción en solitario –abandonando la colaboración con Ken Scott– y fichó al ingeniero de sonido Peter Henderson para definir el tratamiento sonoro del nuevo álbum.
Tras una gira de ocho meses, el grupo disfrutó de un merecido descanso durante el verano de 1976, tiempo que dedicaron a componer y ensayar el nuevo material. En esta etapa inicial, seleccionaron siete canciones que formarían la base del álbum, iniciando la grabación en Caribou Ranch, un estudio ubicado en las montañas de Colorado en un entorno sereno que contribuyó al clima distendido del proyecto. A partir de Navidad el grupo se trasladó a los estudios Record Plant para grabar overdubs, voces y terminar la mezcla.
Como era habitual las composiciones se repartieron de manera equitativa entre Roger Hodgson y Rick Davies; un equilibrio que se mantendría a la largo de su trayectoria como Supertramp y que se identifican por quién las canta.
La portada del disco, obra del artista y diseñador Paul Wakefield, rendía homenaje al instrumento característico del grupo: un piano de cola cubierto de nieve en medio de un paisaje nevado y desolado.
El disco comienza de forma brillante con Give A Little Bit, una luminosa composición de Hodgson con el protagonismo de la guitarra acústica de 12 cuerdas. Cuatro acordes y una sencilla canción de amor: Give a little bit / Give a little bit of your love to me / I’ll give a little bit / I’ll give a little bit of my love to you (Da un poco / Dame un poco de tu amor / Yo te daré un poco del mío). En su momento fue un gran éxito y se terminó convirtiendo en uno de los himnos del grupo.
Lover Boy presenta la voz de Rick Davies acompañada por el sonido del piano tan característico del grupo. La canción habla con ironía del amor donde un narrador advierte que el amante del que te vas a enamorar es un conquistador; de esta forma se pone de relieve el engaño y la manipulación de las relaciones amorosas. Tras la primera estrofa el grupo se une al completo recreando una atmosfera densa que incluye solos de guitarra, coros y líneas cantadas por Hodgson.
El tono bucólico regresa de la mano de Roger Hodgson en la composición que da nombre al álbum, Even in the Quietest Moments. El canto de los pájaros, acompañado por delicadas notas de guitarra y suaves trazos de saxofón, nos introduce en una melodía serena y envolvente. Poco a poco, la canción gana fuerza y se transforma, deslizándose hacia un terreno de rock progresivo en su sección central, donde los versos cantados por Rick Davies aportan un contrapunto emocional y dramático a la voz aguda de Hodgson.
La letra no se limita a una simple declaración de amor; también encierra una advertencia sutil: incluso en los momentos de mayor calma, es necesario mantenerse atentos y no descuidar la relación. La serenidad puede ser engañosa, y el vínculo amoroso –por más estable que parezca– requiere cuidado constante para no desvanecerse en cualquier momento: And even though the sun is shining / Well I feel the rain (Y aunque el sol esté brillando / Yo siento la lluvia). Por momentos el tema adquiere una dimensión espiritual, trascendiendo más allá del amor físico.
Si en canciones anteriores el amor se presentaba con matices complejos y emociones encontradas, en Downstream se revela en su forma más pura: una declaración sencilla, serena y profundamente tierna. You are the reason I was born / Be with you through all seasons, I’ll always hear you when you call / We’ll keep the love light shining through each night and day (Tú eres la razón por la que nací / Mantendremos la luz del amor brillando a través de cada día y noche / Una vida solitaria detrás de mí, oh qué cambio has hecho).
La interpretación de Rick Davies, acompañado únicamente por el piano, crea una atmósfera íntima, casi confesional. No hay espacio aquí para el conflicto, el miedo o la duda; solo un remanso de calma donde el amor se expresa sin artificios, como un susurro compartido en plena quietud.
Babaji abría la cara B del disco con un tema alegre y de tono festivo pero es un tema que no puede competir con las dos grandes canciones con las que cerraba el álbum: From Now On y Fool’s Overture.
From Now On es una reflexión sobre la necesidad de escapar de la rutina con una letra que remite a imaginar la posibilidad de huir y empezar de nuevo. La canción –que se va más allá de los 6 minutos– está estructura en dos partes, una primera con un tiempo medio donde el protagonista es el piano; y una segunda, a partir de un solo de saxo de Halliwell imprescindible, en el que se establece un diálogo entre la voz principal y los coros en una coda tan alargada como deliciosa.
Fool’s Overture es el gran tema del disco. No hay mejor forma de concluir este álbum que con una canción que se va casi hasta los 11 minutos y que funciona como una suite estructurada en base a diferentes partes. Los dos primeros minutos son una introducción musical con una delicada melodía al piano; a los dos minutos unos voces que reproducen un griterío de una masa de gente, una campana que resuena en el fondo y parte de un discurso de Churchill. Todo ello deja paso a un sonido más enérgico con el leitmotiv principal de la canción.
No será hasta los cinco minutos cuando la aguda voz de Hodgson irrumpa para desgranar un texto oscuro entre el piano y los sintetizadores que se abre a varias temáticas sobre la condición humana, la guerra, el paso del tiempo. Este fragmento vocal va ganando en intensidad y culmina con los efectos sonoros de un vendaval que abre un último bloque instrumental con el que se cierra el disco. Un último destello de rock progresivo.
El disco tuvo una gran repercusión comercial apoyado por una gira que se extendió desde abril a noviembre de 1977. La primera parte de la gira se desarrollo en Canadá y Estados Unidos y la segunda parte en Europa. En esta gira Supertramp visitó por primera vez España con un tumultuoso concierto en Barcelona en septiembre de 1997.
La sensación que deja Even in the Quietest Moments… es la de un álbum más pausado y reflexivo en comparación con su predecesor, donde el quinteto se enfocó en consolidar su identidad sonora. Gracias a las composiciones de Roger Hodgson y Rick Davies, la complicidad entre los músicos —quienes siempre moldeaban el resultado final de cada tema— y la asunción de la producción del disco, Supertramp dio un giro hacia un sonido más pop, sin abandonar del todo las raíces del rock progresivo. Este enfoque más accesible y cuidado allanó el camino hacia el gran éxito que alcanzarían con su siguiente trabajo, Breakfast in America.
Escribe Luis Tormo
Supertramp – Even in the Quietest Moments… (1977)
Roger Hodgson: Voz, teclados y guitarras
Rick Davies: Voz y teclados
Douglas Thomson: Bajo
John Anthony Helliwell: Instrumentos de viento y voz
Bob C. Benberg: Batería y percusión
Producido por Supertramp
Música y letras: Rick Davies y Roger Hodgson
A1. Give A Little Bit (4:07)
A2. Lover Boy (6:49)
A3. Even In The Quietest Moments (6:39)
A4. Downstream (4:00)
B1. Babaji (4:49)
B2. From Now On (6:10)
B3. Fool’s Overture (10:51)

