Crítica de Twisters

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Entretenimiento bien hecho

En 1996 el especialista en cine de acción Jan de Bont dirigía Twister, un filme de aventuras relacionado con los tornados que se beneficiaba de un buen guion coescrito por Michael Crichton y un estupendo reparto compuesto por Helen Hunt, Bill Paxton y Philip Seymour Hoffman; la película obtuvo un éxito considerable en taquilla.

Ahora llega Twisters, una película que no está planteada como un remake o una secuela pero que, en el fondo, termina recordando a la película de los 90 por la especialidad argumental de unos meteorólogos especializados en tornados y la presencia de un hecho traumático que marca a la protagonista –el filme de 2024 incluye un cameo del hijo de Bill Paxton como homenaje al actor fallecido en 2017–.

Kate Cooper (Daisy Edgar-Jones) es una meteoróloga que sufrió un traumático episodio relacionado con un tornado. Tras cinco años de actividad en un despacho, le surge la oportunidad de regresar a la primera línea de la investigación, a través de Javi (Anthony Ramos), un antiguo compañero que lidera un proyecto asociado a la tecnología militar para acabar con los tornados y evitar su efecto destructivo. En su camino se cruzará Tyler Owens (Glen Powell), un mediático cazador de tornados que difunde sus aventuras a través de las redes sociales.

Twisters no engaña a nadie. Sabemos su objetivo, el público al que se dirige y el resultado que se espera obtener. Estamos en el terreno de una producción comercial que conjuga la aventura, el romance y unas pequeñas dosis sobre la ética científica y el cambio climático. A partir de ahí el guion de Mark L. Smith marca los tiempos necesarios para articular un relato de dos horas que comienza con una tragedia relacionada con un tornado que deja una huella traumática en Kate, después el salto en el tiempo que marca el alejamiento de la protagonista del trabajo en primera línea, hasta que la propuesta de un antiguo compañero devuelve a la protagonista a la casilla de inicio con la posibilidad de enterrar definitivamente la huella del trágico pasado.

Foto: Universal Pictures, Warner Bros. Pictures & Amblin Entertainment

La estructura que sustancia la película viene marcada por la presencia de los tornados que, como un metrónomo, establecen el ritmo del filme. Es una pauta que estableció en 1975 Spielberg -aquí en tareas de productor- con Tiburón y que se repite en todo filme catastrofista que se precie; Twister ya adoptó ese modelo y Twisters continúa utilizándolo, pero frente a la producción de los 90, donde los tornados tenían una presencia mayor; en el filme de 2024 funcionan casi como una excusa argumental que sostiene lo verdaderamente importante: las relaciones de los personajes y el juego de comedia romántica que asoma entre la película de género de aventuras.

La presencia del director Lee Isaac Chung, conocido por su película Minari. Historia de mi familia, facilita el tránsito entre esa capa exterior de filme de aventuras y un núcleo interno que ahonda en el terreno del melodrama, en el que se constata una mayor dedicación a componer el personaje de la protagonista para que su presencia vaya más allá del arquetipo de heroína.

De esta forma se establece una dualidad entre la Kate juvenil, una mujer atrevida, que trabaja y se divierte, que está enamorada de su compañero; frente a una Kate melancólica, dubitativa y que termina involucrada con el proyecto que tiene connotaciones más negativas -trabaja para los especuladores inmobiliarios-. Este aspecto no es baladí pues termina definiendo la elección de la planificación, así frente a la presencia de los planos generales en las escenas concretas de los tornados, hay una proliferación de primeros planos centrados en el rostro de Daisy Edgar-Jones (en sus ojos, en su mirada) que trasmiten su dolor interno. El uso del primer plano se repite también para mostrar la tensión entre Kate y Javi o el proceso de atracción entre Kate y Tyler.

El relato de aventuras se nutre de una serie de subtramas que enriquecen el resultado final de la película. La comedia romántica, que se beneficia de la química existente entre Daisy Edgar-Jones y Glen Powell -el actor de moda-, es capital para modular el personaje de Kate y situar en primer término el valor de las relaciones personales; pero no solo el amor con Tyler sino también la amistad con su antiguo compañero Javi o la relación de Kate con su madre con esa vuelta al hogar cuando hay situaciones difíciles.

Foto: Melinda Sue Gordon/Universal Pictures; Warner Bros. Pictures & Amblin Entertainment

Unos personajes que se integran en el paisaje -localizada y rodada en Oklahoma- y que confiere a la película un aire de western contemporáneo por el protagonismo de los espacios abiertos (esa mirada de los personajes hacia el horizonte explorando la climatología), la vestimenta de cowboy de Tyler o las costumbres locales como el rodeo o las canciones country. Encontramos en las imágenes algo de esa descripción de badlands que muestra a una clase desprotegida, perdida en mitad de los Estados Unidos, sobra la que recae la desgracia cuando se acumulan las catástrofes climáticas.

La película también incorpora elementos contemporáneos como la importancia del cambio climático, cuyas consecuencias impactan directamente en las personas más desfavorecidas (incluida la crítica a la especulación inmobiliaria); la influencia de las redes sociales en la comunicación; o el empoderamiento femenino  a través del personaje de Kate, una mujer independiente que al final es la que toma las decisiones en los momentos importantes.

Twisters, sin salirse del género de la aventura ni obviar los mecanismos del cine de catástrofes, junto al entretenimiento, introduce un discurso de redención, de superación de los traumas, con una pincelada sobre la injusticia social localizada en esa América profunda anclada en las raíces del pasado, con unos personajes que dialogan, interactúan y se enamoran entre tornado y tornado.

Escribe Luis Tormo

Título: Twisters
País y año: EE.UU., 2024
Duración: 128 minutos
Dirección: Lee Isaac Chung
Guion: Mark L. Smith
Fotografía: Daniel Mindel
Música: Benjamin Wallfisch
Reparto: Daisy Edgar-Jones, Glen Powell, Anthony Ramos, David Corenswet
Productora: Amblin Entertainment, Universal Pictures, Warner Bros.
Distribuidora: Warner Bros., Universal Pictures

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