David Galán Galindo, Julián López y Lucía de la Fuente nos hablan de Matusalén

Matusalén es el tercer largometraje de David Galán Galindo. Nominado al premio Goya con su ópera prima, Orígenes secretos (2020), basada en su propia novela, y apasionado del cómic y el hip-hop, también fue nominado al Goya a la mejor película de animación por Gora Automatikoa (2021). Precisamente el hip hop es el elemento central de Matusalén. «Envejecer es inevitable, madurar es opcional», esa es la máxima de «El Álber», un rapero que, a sus 44 años, se matricula en la universidad por una apuesta con su padre. Si no aprueba todas las asignaturas deberá dejar «esa tontería del rap» para siempre. Allí se reencuentra con Amaia, locutora de radio y profesora de la facultad, que además fue su antiguo amor.

La película cuenta con un reparto de lujo, que reúne a cuatro generaciones de intérpretes del cine español siguiendo el espíritu de las comedias corales de José Luis Cuerda o Luis García Berlanga: Julián López, Miren Ibarguren, Raúl Cimas, Lucía de la Fuente, Jason Fernández, Elena de Lara, Antonio Resines, María Barranco, Manuel Galiana, Adrián Lastra, Alberto San Juan, Roberto Álamo, Miguel Rellán o Carlos Areces, a los que se añaden los cameos de Jorge Sanz, Alberto Casado, Rober Bodegas o Enrique Villen.

La cinta, que se estrena en cines el 5 de abril, es una producción de Vuelta a la Universidad AIE, con la participación de TVE y la colaboración de Amazon Prime. La distribución corre a cargo de F&P Media.

Con motivo del preestreno en los cines Kinepolis de Matusalén hemos podido hablar con el director David Galán Galindo, con su protagonista Julián López y con la actriz Lucía de la Fuente.

Julián López, David Galán Galindo y Lucía de la Fuente durante la presentación. Foto: Luis Tormo

¿Cómo surge la idea de la película? Tú eres muy aficionado al hip hop. ¿La trama del hip hop estaba siempre ahí para sostener el relato?

David Galán Galindo: Esta película la escribimos a cuatro manos entre Fernando Hernández Barral y yo. Y Fernando tenía un concepto centrado en una persona mayor, pero mayor, un anciano, que iba a la universidad, estableciendo un contraste entre ese señor mayor y los jóvenes. Me comentó que se la había llevado a Enrique Cerezo y que la podíamos desarrollar juntos. Yo le dije: «Vale, pero esto no me interesa. Prefiero que sea un rapero». Y empecé a meter todas mis filias y fobias para que la película me interesara. Si es un encargo, genial. Pero si es una cosa que voy a llevar yo, prefiero algo que me guste a mí.

Y ese fue el origen. Quería conectar con la película, tanto con la edad del protagonista como con todo lo que al personaje le molesta. Y esto es lo que ha vampirizado la película.

El riesgo del personaje principal es que fuera una parodia de un rapero.

David: Era uno de mis miedos y una de mis condiciones para no hacer eso en esta película. De hecho, cuando un cómico español intenta hacer algo de rap y se pone a mover los brazos así como un idiota, las ganas de matar aumentan [risas]. Lo que más odiamos los raperos es un cómico haciendo como que rapea. Una de las razones por las que me metí en esta película es porque yo lo iba a tratar con respeto. Tenía la creencia, y creo que lo he logrado, de que se puede hacer una comedia con rap y con hip hop, con un rapero, donde lo gracioso no fuera ni el hip hop ni los raperos.

Este es un rapero hardcore que rapea bien, igual que Anselmo baila bien y el otro personaje es un buen DJ. La comedia viene de que los pones en situaciones hilarantes y de las que no pueden salir bien parados. Lo metes en la universidad, con chavales que lo van a masacrar; le metes en un despacho con el decano y sabes que de ahí no puede salir nada bueno. Pero fíjate que cuando rapean no es ridículo. Eso me parece la diferencia fundamental, significa que el personaje está tratado con dignidad. Lo que ocurre es que le pasa de todo y de ahí viene la comedia.

En este caso la música, las canciones, son una parte importante de la película.

David: Tiene esa cosa un poco esperpéntica, valleinclanesca, o sea, una de las cosas que más me gusta del uso de la música es este efecto. Por ejemplo, cuando llega Adrián Lastra, que interpreta al hermano, tiene la música de Darth Vader. Todo está configurado desde ese punto de vista, para que la música despierte sentimientos.

Un momento de la entrevista en los cines Kinepolis. Foto: Edu Llorente/Inédito Films

El tema principal de la película es el efecto que tiene el paso del tiempo y el significado de madurar. ¿Es casi un tema universal?

David: Sí, totalmente. Bueno, creo que hay casi un subgénero que son estas películas en las que el protagonista tiene que dejar de hacer imbécil y madurar, ¿no?, y asumir sus responsabilidades. Pero me parece que la nuestra tiene ese valor diferencial porque nuestro protagonista es un poco Marty McFly [el personaje de Regreso al futuro] y no aprende nada. Él piensa que a lo mejor los que tienen que cambiar son los demás. Porque cuando desciende a los infiernos, su manera de salir es diciendo: «No te rindas y sigue siendo como eres».

Me parece que es un nuevo tipo de madurez que estamos desarrollando nuestra generación por primera vez. Creo que hasta ahora crecemos como un cohete que se va desprendiendo de partes, que tienes que ir dejando de hacer cosas. Cosas como los cómics y el rap y tienen fecha de caducidad; por ejemplo, no puedes estar leyendo cómics con 40 años. Y una cosa que tiene clara El Álber es que, mira: «Yo hago esto y al que no le guste…».

Julián López: Fíjate, ahora que él comenta esto. Yo me formé como músico y una de las cosas que me han atravesado vitalmente en mi infancia y en mi adolescencia es la banda de música. Y me acabo de dar cuenta, que no me había dado cuenta en toda la promoción, que la banda de música es un lugar en el cual conviven los niños y los mayores. Y no es muy habitual.

Es de los pocos lugares donde tú entras de niño y puedes tener al lado un señor de 60 años que toca el barítono. Y, joder, yo eso lo he vivido muy de cerca. Y lo que quiero decir con esto es que he tenido esa suerte. Porque al final tú llegas como un niño y tienes al lado un señor que te decía cosas no solo de la música, sino de la vida. Y el día que sales a la calle, estás tranquilo, llevas tu partitura, y sabes que te han estado preparando para la vida, ¿no? Para luego soltarte… Luego tú te vas haciendo mayor, y muchos de esos niños se han hecho mayores, y han visto entrar a otros niños. Entonces esa convivencia de niños y mayores es muy sana. Y además se retroalimenta en ambas direcciones.

En las bandas de música incluso salen juntos y llegan a ser amigos.

Lucía de la Fuente: A veces me ha pasado un poco eso. Yo trabajo desde que soy pequeña y me ha pasado que mis compañeros suelen ser personas más mayores que yo. Estamos acostumbrados a que chavales de 20 años solo vayan con gente de 20 años, y de repente yo tenía amigos de 35 años. Siempre he estado rodeada de gente como más mayor, han sido mis amigos y nunca he encontrado como una diferencia abismal de nada. Al revés, nos han enseñado mucho.

Julián, tú siempre has tenido relación con el mundo de la música. ¿Cómo has preparado el tema del hip hop?

Julián: Sí, mira, la música que más he escuchado ha sido la música clásica, y también me apasiona mucho el el funk, el jazz, el rock, pero al rap no me había acercado demasiado. Había flirteado con él en la universidad, quizás, donde tenía y tengo amigos que sí que lo han escuchado en profundidad, pero yo me acercaba un poquito y decía: “Bueno, esto no es para mí.” Pero sin desdén, ni muchísimo menos.

Y cuando llegó el momento de esta película, de rodarla, claro, ahí sientes que sí te tienes que imbuir un poco más en eso. Me dejé llevar por David y el resto de raperos de alma y de corazón que participaban en la película. Y de manera tangencial fue la banda sonora de mi rodaje, que es algo que es habitual en mí, yo suelo trabajar con música, me hago como mi banda sonora del personaje o de Julián en ese rodaje, y aquí fue ésta claramente, y bueno, lo he adoptado en mi día a día, es un género ya que, que si antes me quitaba el sombrero, ahora lo hago muchísimo más. No hay nada como acercarse a algo para ver la dificultad que entraña, la dificultad que entraña rapear es muy grande. Entonces me dejé llevar y asesorar por David y de toda la gente que ha participado y que me han ayudado a la hora de construir los momentos raperos en la película.

Y lo que más miedo me daba quizá era eso, que no fuera creíble, porque David y yo coincidíamos en que el personaje no tenía que ser mucho menos paródico, que tenía que ser real, creíble. Este tío viste así, defiende esa ropa y defiende esa manera de rapear porque lo hace bien, la comedia ya vendrá en situaciones, etcétera, y creo que lo conseguimos, y bueno, de hecho incluso le he pillado el gusto, cuando intento hacer mis rimas ahí en casa a ver si me sale, aunque es muy difícil, o sea es complicadísimo, es súper complicado.

Miren Ibarguren y Julián López en Matusalén. Foto: F&P Media

Lucía, ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando en la película? ¿Qué tal David cómo director?

Lucía: La verdad es que ha sido muy fácil y ha sido una experiencia muy positiva. David es una persona que tiene las cosas muy claras, que te lo explica muy bien y además te da libertad para componer el personaje. A David le preocupaba mucho del personaje de Laia el cambio que se produce en ella. Fue un momento importante porque tiene una curva muy grande, empieza siendo un personaje, pasa por todas esas partes, y termina siendo de otra manera. Todo eso lo trabajamos mucho.

Has comentado en alguna ocasión que el cine de Berlanga y José Luis Cuerda son tus referentes de la comedia.

David: Hubo un año en que participó en el Not Film Fest con una categoría que se llamaba ‘Una película de José Luis Cuerda’, en la que él estaba en ese acto y tenías que rodar un corto. Y yo gané esa categoría. Y desde entonces yo me considero ‘cuerdista’, que ya lo era de antes,  soy casi un estudioso de cuerda. Me encanta la manera que tenía él de tratar la lógica de sus películas, con el surrealismo que aportaba. En Matusalén hay un par o tres de momentos en los que la lógica se fuerza totalmente y aún así funciona.

Y cuando hablo de Cuerda y de Berlanga poniéndolos en consonancia con esta película, aunque yo estoy a años luz de su talento, es porque ellos hacían películas corales en las que estaba todo el mundo. Y eso me encanta. Ahora en las plataformas, como se segmenta tanto al público, hay un montonazo de películas que son de chavales. Y allí nadie tiene más de veinte años. Y luego hay otro subgénero en el cine español, que se está haciendo mucho estos años, de películas de gente mayor. Que son de pronto tres personas.

Pero la vida no es eso. En la vida estamos todos mezclados. Y Cuerda y Berlanga lo sabían. Cuando tú ves Amanece que no es poco y dices: «¿Quién estaba activo en el año 89?» Y ahí estaban todos, Resines, Ciges, Rellán, etc. Y eso lo tiene esta película, aquí están Manuel Galiana, María Barranco, Resines y todas las incorporaciones de los jóvenes como Lucía de la Fuente, Elena de Lara o Jason Fernández. Y en Matusalén es como una foto fija de la comedia de 2024, todos juntos.

Y ahora que hablamos de comedia, Lucía y Julián habéis hecho mucha comedia. ¿Cómo está valorada la comedia?

Julián: Considero que la comedia goza de buena crítica y buena prensa para quien le interesa. Que es para la gente que quiere consumir. Y no sólo en forma de obra de teatro, película, serie, etc. En la vida real, en la sociedad. Todos queremos reírnos, todos queremos pasárnoslo bien. Es una cosa muy popular decir, oye, vamos a echarnos una risa. Es una cosa que acompaña a las personas desde siempre, la risa, la comedia.

Y el humor ha estado como perseguido también a veces, ha sido una cosa de «no te rías tanto, que esto es muy serio». Y ya Tony Leblanc decía eso de que la risa es una cosa muy seria y la comedia es una cosa muy seria. Porque él le daba un valor a la comedia como algo intrínseco al ser humano. Que dice mucho del ser humano, de su manera de ver la vida. Es una cosa de filosofía, prácticamente vital.

Me da mucha rabia que tenga esa cosa que creo está enraizada por asuntos muy atávicos de la risa. No te rías que da mala suerte, cuando es una cosa necesaria. Qué haríamos y qué sería del ser humano si no lo hiciera. Si esta vida fuera solo dolor y sombras, no llegaríamos a ningún sitio.

Escribe Luis Tormo

Lucía de la Fuente, Luis Tormo, David Galán Galindo y Julián López

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. hernanaltamirano dice:

    Hola, podemos ponernos en contacto para uno consulta sobre utilización del material del blog?
    Quedo a su gentil respuesta.
    Atentamente,
    Hernán Altamirano S.
    GERENTE GENERAL
    [signature_Logotipo Dinediciones IMG-20210915-WA0010_0.jpg]
    http://www.dinediciones.com

    1. Luis Tormo dice:

      Claro. No hay ningún problema

      1. Luis Tormo dice:

        Pasarme un correo electrónico

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