Franco Battiato · La Voce del Padrone

Esencia Battiato

La Voce del Padrone (EMI, 1981) fue el álbum con el que Franco Battiato (1945-2021) se consagró como cantante y compositor musical. Un disco que en aquel momento vendió un millón de copias, estableciendo un record en la música italiana, y situando a Battiato en la cúspide de su carrera.

La enorme popularidad que Battiato consiguió dentro y fuera de su país le llegó en plena madurez. El cantante siciliano contaba en ese momento con 36 años y La Voce del Padrone era la culminación de una trayectoria musical  que se remontaba a los años 60 cuando se inició como cantautor en un momento privilegiado de la canción italiana.

Sin embargo, a principios de los años 70, Battiato recondujo su carrera hacia la música progresiva con discos como Fetus, Pollution o Sulle cordi di Aries. Una experimentación que se prolongó con trabajos en los que combinaba la música clásica y el minimalismo (Juke-Box o  L’Egitto prima delle Sabbie) en los que Battiato fue  ganando una considerable reputación aunque limitada al entorno minoritario de la música culta.

Una música de vanguardia que abandonó para retornar al terreno de la canción pop.  En la versión española del tema  Chan-son egocentrique Franco Battiato se definía con una frase: “Vengo de la isla de Sicilia, que no está lejos del África. Tierra extranjera, y canto para la EMI”. Además de reivindicar su origen siciliano, citaba también el nombre de la compañía discográfica EMI, una de las grandes distribuidoras musicales a nivel mundial; un elemento que no es baladí porque el fichaje del cantante italiano por esta compañía facilitó el deseo del músico italiano para iniciar una etapa de su carreta más comercial.

Portada y contraportada de La Voce del Padrone

De su fase anterior sólo le siguió Giusto Pio –compositor, violinista y director de orquesta– con el que estableció una sólida colaboración para sus próximos discos. El primer álbum para EMI fue L’Era del Cinghiale Bianco (1979) en el que ya quedaba patente la apuesta por el éxito a través de una música más accesible. Un disco que dejaba ver algunas de las características que posteriormente iría desarrollando: temas cortos, letras imaginativas, popurrí idiomático y  estribillos netamente pop.

Con Patriots (1980) la colaboración Battiato-Pio comienza a dar sus frutos al presentar una colección de canciones entre las que se encontraban Up Patriots to Arms y Prospettiva Nevski, un álbum que por fin es aceptado por la crítica y el público. El disco venda 60.000 copias y le permite la estabilidad comercial para componer lo que será su tercer disco con EMI, La Voce del Padrone (1981).

Cuando las nuevas composiciones están listas –en un trabajo que Battiato compagina con su gira Patriots y otros compromisos musicales como su colaboración con la cantante Alice– se encierra en los estudios Radius de Milán para la grabación del disco.

Al tándem habitual de Battiato-Pio se unen Phil Destrieri (teclados), Alfredo Golino (batería), Paolo Donnarumma (bajo), Alberto Radius (guitarra) como equipo principal al que acompañan Claudio Pascoli (saxo), Donato Scolese (vibráfono) y el coro Madrigalisti de Milán; en lo que parece es la gran apuesta de la discográfica para conseguir un rotundo éxito.

La primera impresión  que produce la escucha de las 7 canciones, apenas 30 minutos de música, que componen el álbum es la de que nos encontramos ante un disco de tecnopop. Canciones sencillas  con estribillos que se quedan rápidamente en la mente del oyente. Sin embargo, si vamos más allá de esa primera impresión, observamos como la estructura musical es deudora de toda la etapa anterior en la que se combina el minimalismo y la música clásica encerrado en el estándar del formalismo pop.

Un concepto pop que se extiende a las letras que contienen todo tipo de referencias históricas, sociales, literarias, filosóficas o religiosas en la que podemos reconocer desde la pertenencia al mundo mediterráneo con el pasado árabe a la influencia de corrientes religiosas o filosóficas orientales. Citas y referencias que, sin embargo, al ser presentadas con aparente sencillez, calan de forma rápida.

El disco comienza Summer on a Solitary Beach. El rumor del mar introduce una melodía que se repite de forma obsesiva que rememora las composiciones minimalistas (Philip Glass) sobre la que se alza una letra  que nos transporta a esos veranos –quizá vividos en la infancia o juventud– de playa, mar y cine de verano, que confiere un tono melancólico a toda la canción.

Bandera bianca es una de las canciones más conseguidas de Battiato y en la que su mensaje queda expuesto de una manera más evidente. Una bandera blanca significa la rendición; rendición ante los ideales de los 60 –que se representa con la mención a Bob Dylan y Mr. Tamborine Man– que quedan diluidos por la realidad de una sociedad a la que prevalece la codicia y el dinero y donde la política muestra su peor cara. En su discurso cabe desde la condena al terrorismo, el desdén de la música reconocida (Bethoveen o Sinatra) o los guiños a la obra de Adorno y su Mínima Moralia –en este caso transformado en Immoralia– o Jim Morrison –The End–.

Con Gli Uccelli Battiato establece una comparación poética entre el vuelo de las aves y la existencia humana usando el vuelo de los pájaros como metáfora de la libertad. Los arreglos potencian la melodía, un concepto que se puede observar en el DVD de la grabación del concierto en el Hangar Bicocca Milano interpretado en una delicada versión de piano y orquesta.

Cuccurucucù adapta parte del estribillo de la famosa canción original del mexicano Tomás Méndez. El tema ha tenido infinidad de versiones y Battiato la convierte en un momento festivo para homenajear la música de los años 60. Referencias a la guerra, a los nativos americanos, la realidad y, sobre todo, una cita explícita a canciones y autores como Bob Dylan, The Beatles, The Rolling Stones o Nicola di Bari.

Con el protagonismo del piano y la batería Segnali di vita desarrolla una melodía muy lírica –remarcada por un oboe– en la que Battiato nos habla de que en las señales cotidianas se encuentra la explicación a todas las cosas (Segnali di vita nei cortili e nelle case all’imbrunire/Le luci fanno ricordare/Le meccaniche celesti).

Quien haya asistido a un concierto de Franco Battiato (1) sabrá el efecto que produce escuchar en directo Centro Di Gravità Permanente con ese estribillo interpretado con los brazos estáticos simulando esa búsqueda de un centro inamovible. Un tema que es responsable del éxito del álbum La Voce del Padrone pero también de la popularidad de una trayectoria musical personal e intransferible como es la de Battiato.

Las letras de la canción rebelan la necesidad de encontrar la forma adecuada de afrontar la vida y el texto refleja el eco de las creencias del místico armenio George Gurdjieff.

Cerco un centro di gravità permanente/Che non mi faccia mai cambiare idea sulle cose sulla gente. Dos versos en los que se define la búsqueda espiritual para ser coherente con uno mismo, el centro de gravedad es la forma de pensamiento que posibilita una línea de actuación para relacionarnos con el mundo con equidad. Un estribillo hipnótico, rítmico, apoyado por el coro de voces masculinas que ha conseguido ir más allá de su inspiración ochentera para pasar a la inmortalidad musical.

El disco se cierra con Sentimiento nuevo –el título del tema está en castellano en el disco original– una oda al amor erótico en la que Battiato utiliza las referencias históricas y filosóficas para describir la pasión y el sexo a través de un popurrí de referencias como el amor alejandrino, las prostitutas libias, las sirenas de Ulises, las geishas  o la lucha grecorromana. Una sensualidad que Battiato resume en un poético final: È bellissimo perdersi in quest’incantesimo (Y es hermoso perderse en este hechizo)

El lanzamiento de La Voce del Padrone significó un éxito descomunal siendo el primer disco que conseguía vender un millón de copias. Del álbum se extrajeron seis sencillos –prácticamente todo el disco– y fue publicado en diferentes países, incluido España en el que se editó el álbum en versión en castellano.

Con todo el fenómeno de La Voce del Padrone Franco Battiato todavía tardaría unos años en despegar en España. Un hecho que sucedió con la publicación de Ecos de danza sufí en el año 1985 y que recogía diferentes canciones de sus últimos discos Battiato. El éxito se repetiría  en 1987 con la publicación de Nómadas, una segunda colección de canciones (2).

Franco Battiato en el concierto celebrado en Burjassot el 14 de mayo de 2008. Foto: Luis Tormo

La Voce del Padrone –frente a los álbumes de música progresiva que contaban con una unidad temática– es una estupenda colección de canciones independientes unidas por unos arreglos musicales que son los que aportan la coherencia estilística a través de una serie de elementos que se suceden como es el uso de los sintetizadores para crear estructuras repetitivas, la presencia destacada del violín o los coros que remarcan los estribillos.

Cada tema funciona por sí mismo y supone un microrelato sobre los temas más variados. Las citas repartidas entre todos los temas de autores literarios, músicos o filósofos, la crítica social, la introducción de la filosofía oriental o el carácter identitario del modo de vida mediterráneo, todo ello mezclado con mensajes cotidianos, son los lazos que cohesionan las canciones.

La mezcla de cultura y banalidad, de realismo y espiritualidad, e incluso la incomprensión de algunas letras, junto a una música embriagadora con un ritmo pop y sonidos clásicos, nos deja una obra imperecedera que ejerce un fastuoso magnetismo. La Voce del Padrone fue un paso más en una obra que Battiato fue configurando en una larga trayectoria en la que nunca perdió calidad a pesar de su profusa producción (discos pop, óperas, clásica, películas, etc.).

Escribe Luis Tormo

(1) En Valencia pude verle el 29 de agosto de 1987 en el teatro romano de Sagunto en uno de los momentos de mayor éxito en España, y muchos años después, el 14 de mayo de 2008 en la Casa de Cultura de Burjassot durante la gira de presentación de Il Vuoto.

(2) Tras el éxito inicial de los años 80 y principios de los 90, las ventas de sus álbumes  fueron decayendo en España pero su prestigio y reputación permanecieron inalterables, siempre en lo más alto. De hecho, Battiato visitó España con regularidad en sus diferentes giras desde los años 80 hasta el final de su carrera con unos conciertos que se caracterizaron siempre por una enorme acogida.

Franco Battiato – La Voce del Padrone

Summer On A Solitary Beach
Bandiera Bianca
Gli Uccelli
Cuccurucucù
Segnali Di Vita
Centro Di Gravità Permanente
Sentimiento Nuevo

Letra y música: Franco Battiato
Arreglos: Franco Battiato y Giusto Pio
Director orquestal: Giusto Pio
Producción: Angelo Carrera
Grabado en los Estudios Radius de Milán

Voz: Franco Battiato
Alfredo Golino: batería
Paolo Donnarumma: bajo
Alberto Radius: guitarra
Claudio Pascoli: saxo
Donato Scolese: vibrafón
Phil Destrier: teclados
Coro: Madrigalisti di Milano

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