Tías que hacen cosas

Jimena Amarillo publicó en 2021 su primer disco Cómo decirte, mi amor con 20 años. Atrás quedaba un pasado en el que interpretaba covers y componía sus primeros temas en tiempos de pandemia, aunque su interés por la música le venía desde pequeña.

El disco debut presentaba una colección de canciones pop que giraban sobre la temática del (des)amor. Cafeliko, Jugando a los Sims, Resaca sentimental o Cuando ya no me quieras establecían la base de una serie de canciones con ritmos desenfadados donde las letras directas y cotidianas conjugan perfectamente con temas tan sencillos como atrayentes; todo ello arropado por una producción de Pau Roca (La Habitación roja) y en el que se encontraban colaboradores como Marc Greenwood, Manu Belice, Alex Ferrer y Chris Carmichael.

En abril de 2023 la cantante valenciana lanzó La pena no es cómoda, su segundo trabajo -entre ambos discos se publicó un EP con cuatro temas- que continúa profundizando por el discurso temático de su primer disco, pero planteando una evolución sonora.

Una evolución que esta vez recae en la propia Jimena que asume las tareas de producción en solitario para confeccionar un álbum a su medida en el que se amplía la gama de recursos -autotune, sintetizadores, algún ritmo rockero- que potencian esa media hora musical troceada en doce historias.

Temas brillantes como Billete de amor, Baldosas e incluso esa boutade que es la versión de María la Portuguesa que compite con la original de Cano y que Jimena canta con la esperanza de que la oiga Silvia Pérez Cruz.

Dentro de la gira de conciertos que Jimena Amarillo tiene por delante este verano y otoño para presentar el nuevo disco, hemos podido disfrutar de su puesta en escena en el Festival de les Arts, de Valéncia, en su casa.

El concierto, a pesar de estar programado en el escenario lateral del Festival de les Arts, Banco Mediolanum Stage, no deja de ser un escenario enorme ante el que Jimena Amarillo y sus dos acompañantes quedan empequeñecidas cuando salen ante su público. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Cuando suenan los primeros acordes de Tarde de sosiego, el primer tema de La pena no es cómoda, la música inunda ese escenario e impulsa la propuesta musical de la cantautora. Una tarde de sosiego que empieza a convertirse en una tarde musical, en una fiesta. Una fiesta asentada en el nuevo disco del que suena a continuación Billetes de amor que contiene una de esas frases directas, contundentes, que dicen mucho en un par de líneas (“Los sueños duran muy poco/así que tú no lo eres”) y que enlaza con Caldo por el brazo.

Entre tema y tema declaraciones, bromas, apelación al público, a sus lesbianas, a las mujeres, en un dialogo constante saludando a todas las personas conocidas del publico por aquello de estar en casa.

Con Cuando ya no me quieras hay tiempo para el protagonismo de Luli en el añadido flamenco que introduce en la canción. Tu sangre de la mía y De la cabeza a los pies (“Esa camiseta no es tuya, yo sé de quién es”) siguen mostrando ese sonido de las nuevas canciones que se adapta perfectamente a los escenarios y que adquiere protagonismo con Baldosas, una canción que la propia Jimena dice que “me flipa, es juguetona”.

Del primer disco sonó también esa delicia que es Jugando a los Sims, casi como una concesión a la etapa pasada, a la que siguió Porque tú lo sabrías en la que se apuesta por un ritmo mas rockero.
Por el camino también escuchamos Tres amigas tuyas y una versión del I Follow Rivers de Lykke Li –que se podía escuchar en la banda sonora de La vida de Adèle–.

Para cerrar, inevitablemente, Cafeliko, que fue recibida con alborozo pero que, siguiendo con ese tono distendido del concierto, sirvió para que Jimena Amarillo jugara introduciendo unas estrofas de Hijo de la Luna de Mecano.

Una hora de concierto divertido, ameno, en el que Jimena Amarillo, Luli Bono (“la mejor corista y bajista”) y Eva Martín (“la mejor batería de Madrid”, y que también tocó el bajo) pusieron en escena eso que la cantante valenciana ha expresado en diferentes entrevistas: “Tías que hacen cosas”.

Escribe Luis Tormo