Introducción
El turismo bélico, al amparo de la especialización del producto turístico que destinos y empresas del ramo trabajan para facilitar un mayor conocimiento y promoción del mismo, es una parte del turismo cultural que cuenta ya con una larga tradición. Conocer el pasado para preservar la memoria histórica son elementos que están presentes en nuestra sociedad en los campos de la educación, en la legislacion, en la política o en el arte; el turismo, entendido en su papel de trasmisor de la cultura pasada y presente, no puede ser menos.
En Europa, escenario de dos guerra mundiales en el pasado siglo y numerosos conflictos en todo su territorio, encontramos infinidad de ejemplos de cómo el turismo puede convertirse en transmisor del patrimonio cultural e histórico (Línea Maginot, Verdun y Normandia en Francia, Cracovia y el memorial del campo de concentración nazi de Auschwitz, etc.).
En España, nuestra Guerra Civil dejó una serie de restos que pueden ser puestos en valor desde el punto de vista turístico directamente relacionado con el conocimiento patrimonial y cultural. Centrándonos en el territorio de la Comunitat Valenciana, la Universitat Jaume I ha desarrolló recientemente un proyecto denominado Línea XYZ, inscrito dentro de la ofensiva de Levante (1938), para destacar una serie de rutas por diversos pueblos de Castellón (Almerara, Jérica, etc.). Es un caso concreto pero otros pueblos y ciudades como Riba-roja o El Puig también están poniendo en valor este patrimonio.
La ruta de la guerra civil de La Vilavella
La localidad de La Vilavilla (Castellón), conocida por sus aguas termales y sus balnearios, ha realizado una actuación para difundir una ruta de la guerra civil, mediante la excavación arqueológica y la señalización de un recorrido. Una ruta que expone la defensa republicana del año 1938 ante el avance de las tropas franquistas.
Los sublevados consiguieron dividir el frente republicano en dos al llegar las tropas del general franquista Aranda a Vinaròs. Por un lado quedaba Cataluña y por otro Valencia. En la parte norte tendría lugar la decisiva Batalla del Ebro (de julio a diciembre de 1938); mientras que hacia el sur las fuerzas fascistas de Franco avanzaban hacia Valencia. Estas líneas de trincheras extendidas por el Maestrazgo plantearon una fuerte oposición defensiva, frenando momentáneamente el avance franquista.
El inicio de la ruta no es sencillo pues no hay indicaciones en la localidad. Una vez se sale de la autovía, dirección a La Vilavella, cuando se llega al municipio hay que continuar por la carretera de La Vall d’Uixó, hasta llegar a una rotonda en la que hay una representación de una naranja. A partir de aquí, buscando visualmente la torre eléctrica que hay en la cima de la montaña, por unas calles, se accede a la urbanización Santa Barbara y se trata de seguir la calle en pendiente hacia la parte superior; al final de la carretera encontraremos un pequeño parking para estacionar el coche.
Este tramo en coche se puede hacer también andando desde La Vilavella, unas escaleras empinadas acortan las curvas de la carretera de la urbanización permitiendo realizar una ascensión con un trazado más rectilíneo.
Del parking, siempre siguiendo la dirección ascendente hacia la torre eléctrica, alcanzamos en unos minutos el inicio de la ruta señalizado por un panel explicativo. A la parte derecha se puede observar en la lejanía los restos del castillo de La Vilavella.
En el panel informativo (por ambas caras) comienza la ruta propiamente dicha, que se puede realizar en 30 minutos recreándose en los diferentes elementos que la componen. Es un tramo circular, de tal forma que partiendo del panel por la parte derecha, llegaremos tras finalizar la senda, al mismo punto de partida.
La ruta comienza con una primera línea de trincheras fielmente acondicionada, con sacos terreros, en el que destaca al final un nido de ametralladoras. En este primer tramo se observa una piedra conmemorativa en homenaje a las víctimas de la guerra y la profundidad de la trinchera.
Tras abandonar esta línea de trincheras, continuamos por una senda entre el bosque que nos permitirá acceder a un conjunto formado por un nido de ametralladoras y una especie de refugio al que se accede por una pasillo estrecho. Toda la ruta está señalizada y los recursos acondicionados cuentan con la información para su identificación.
Abandonando estos elementos, la ruta prosigue por un largo camino de trincheras que permitían el traslado de hombres de una zona a otra.
Siguiendo el largo y estrecho trazado llegamos finalmente al panel informativo inicial, completando el recorrido de la ruta.
La ruta es de muy fácil acceso y apta para todas las edades, tanto por su trazado llano como por su duración. Los vistas son impresionantes, tanto de la parte que da al mar, como del lado que nos permite apreciar la sierra.
En definitiva se trata de poner en valor un recurso experiencial que permite, por un lado, conocer y mantener viva la memoria de la Guerra Civil; y por otro, apreciar el patrimonio natural de estas montañas. Una ruta que se puede realizar de manera independiente acudiendo a la información que se encuentra en el apartado de turismo de la web de La Vilavella o manejando el folleto sobre la ruta editado por el Ayuntamiento.
Tal y como hemos indicado al principio de este artículo, conocida por sus aguas termales, merece la pena realizar una visita por La Vilavella. En este sentido hay una ruta señalizada por toda la población que nos va indicando aquellos edificios que en su época albergaron los balnearios en los que se podía apreciar la riqueza de sus aguas termales. Actualmente únicamente queda un establecimiento en La Vilavella que es balneario y hotel, situado en la plaza principal, en el que se puede seguir un tratamiento termal.
Texto y fotos: Luis Tormo